París, 13 jul (.).- El Gobierno francés ha elevado su previsión de crecimiento para este año del 5 % al 6 % porque las cifras, sobre todo las del consumo, son mejores de lo que se esperaba, indicó este martes el ministro francés de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire.
"El crecimiento es más fuerte de lo previsto", explicó en una entrevista a la emisora France Info Le Maire, en la que destacó también que en contra de lo que se temía no hay más quiebras que antes de la crisis y se observa una fuerte creación de empleo.
Advirtió de que esa nueva perspectiva de aceleración económica solo la podría evitar "una vuelta brutal de la epidemia: es el único obstáculo para el crecimiento del 6 %".
Igualmente precisó que "el único problema es la contratación, que es masiva en algunos sectores", y también el aprovisionamiento de ciertas materias primas que está impidiendo una actividad todavía mayor, por ejemplo en la construcción.
El presidente francés, Emmanuel Macron, ya se refirió este lunes a esa cifra del 6 % en un discurso a la nación para anunciar nuevas medidas contra la nueva ola epidémica que se espera a causa de la generalización de la variante delta.
El ministro de Economía y Finanzas explicó que va a preparar un segundo plan de inversión que presentará a Macron a finales de julio y lo justificó porque "esta pandemia va a repartir las cartas de los equilibrios mundiales".
Ese plan incluirá, por ejemplo, una estrategia para no depender de China para el aprovisionamiento como ahora, algo que tiene como consecuencia el desabastecimiento de sectores como el automóvil que tienen que paralizar su producción.
Subrayó que Francia tendrá "una estrategia de desendeudamiento clara" y para eso "no aumentaremos los impuestos".
Una de las claves para reducir el peso de la deuda serán reformas estructurales como la del subsidio de desempleo -que reduce progresivamente las indemnizaciones-, que debe entrar plenamente en vigor el 1 de octubre y la de las pensiones.
Sobre la de las pensiones, Le Maire confirmó, como ya avanzó anoche el jefe del Estado, que solo se llevará a cabo cuando termine la crisis sanitaria, lo que hace pensar que no se hará antes de las elecciones presidenciales de la primavera de 2022.
En cualquier caso, aseguró que "es una prioridad absoluta" y que implicará "trabajar más" tiempo y retrasar la edad de jubilación, que ahora en Francia es a los 62 años.