París, 28 abr (.).- El presidente francés, Emmanuel Macron, espera implicar a Estados Unidos y China en la cumbre que va a organizar en París los próximos 22 y 23 de junio para un nuevo pacto financiero mundial que permita financiar la pobreza, paliar el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.
"Los necesitamos a los dos", subrayó Macron este viernes en una intervención por videoconferencia en un acto de la ONG Global Citizen, en la que dio algunos elementos de los preparativos para esa cumbre.
Señaló que con Estados Unidos la prioridad es avanzar en la reforma del Banco Mundial (BM) y del Fondo Monetario Internacional (FMI).
En el caso de China, el principal reto es, que teniendo en cuenta que es uno de los principales financiadores de países pobres y en desarrollo, se comprometa en orientar ese dinero de forma que, por ejemplo, deje de utilizarse para favorecer el uso del carbón y otras actividades que agravan el cambio climático.
Fuentes de la presidencia francesa justifican la pertinencia de esta cumbre porque "el mundo ha cambiado mucho" desde que se creó al final de la Segunda Guerra Mundial la actual arquitectura financiera internacional, estructurada en particular en torno al BM y el FMI.
En concreto, por la emergencia de grandes potencias emergentes y, en particular, China, que ocupan un papel importante.
También porque hay nuevos desafíos que se han venido a añadir a la tradicional lucha contra la pobreza, en particular la acción contra el cambio climático y contra la pérdida de diversidad.
Macron insistió en que "tenemos que conseguir un nuevo consenso", "ofrecer resultados concretos" y "decidir todos juntos cómo afrontar esos retos", lo que pasa por cambios en las instituciones financieras internacionales, pero también por una mayor implicación del sector privado.
Aunque la reforma del BM ya ha comenzado, París considera que hace falta un impulso de alto nivel y la cumbre de junio en París puede servir de espoleta.
Para el presidente francés, habrá que asentar la idea de que habrá que buscar soluciones de financiación adecuadas para cada país, teniendo en cuenta por ejemplo que para los más pobres la única alternativa serán los subsidios, porque no pueden obtener ni financiación privada ni préstamos.
Los organizadores confían en tener una amplia representación de países, en particular africanos y del mundo en desarrollo, y de instituciones financieras. A quien no se va a invitar es a Rusia.