Lisboa, 16 abr (.).- La presión fiscal en Portugal en 2023 se situó en el 35,8 % del producto interior bruto (PIB), alcanzando los 95.000 millones de euros, lo que supuso su primera caída en cuatro años, según datos provisionales del Instituto Nacional de Estadística (INE) luso.
En un informe publicado este martes, la entidad estadística informó de que este porcentaje refleja una disminución de dos décimas porcentuales respecto a 2022.
En términos nominales, los ingresos fiscales de las administraciones públicas aumentaron en 7.700 millones de euros respecto al año anterior, un 8,8 % más frente a la variación del 9,6 % del PIB.
El INE destacó que desde 2019, antes de la pandemia, la variación del PIB no crecía más rápido que los ingresos fiscales y contributivos.
El aumento de los 7.700 millones de euros en los ingresos tributarios es un reflejo "sobre todo" del incremento de las cotizaciones sociales efectivas (+2.893 millones de euros), así como del impuesto sobre la renta de las personas singulares -similar al IRPF español- (+1.592 millones de euros), del IVA (+1.159 millones de euros) y del impuesto a la renta de personas colectivas (IRC, +1.075 millones de euros).
En concreto, los ingresos procedentes de impuestos directos crecieron el 10,7 % (hasta los 28.442 millones de euros), "reflejando sobre todo la evolución del ingreso del IRS", que subió el 9,4 %, mientras que la del IRC aumentó el 13,9 %.
Los impuestos indirectos ascendieron el 5,5 %, con una avance del 5,1 % de los ingresos del IVA.
El impuesto sobre los productos petroleros y energéticos subió un 15,9 %.
Las cotizaciones sociales efectivas crecieron un 11,7 %, lo que muestra el crecimiento del empleo remunerado, las actualizaciones salariales y la subida del salario mínimo (que actualmente se encuentra en los 820 euros).