OTTAWA - La ministra de Economía, Chrystia Freeland, ha confirmado hoy la propuesta de adquisición de HSBC Canada por parte del Royal Bank of Canada (RBC) (NYSE:RY) por 13.500 millones de dólares, con condiciones que salvaguardan a los empleados y garantizan los servicios de las sucursales durante un largo periodo. La operación, que ya había recibido la aprobación de la Oficina de Competencia en septiembre, supondrá un aumento de 120.000 millones de dólares en los activos gestionados por el RBC.
Este movimiento estratégico ha suscitado críticas de diversos sectores, entre ellos los defensores de los consumidores y Pierre Poilievre, líder del Partido Conservador. La preocupación se centra en las posibles repercusiones sobre los tipos hipotecarios y el coste de la vida de los canadienses. A pesar de estas objeciones, ambos bancos están trabajando para finalizar la fusión a principios de 2024.
Figuras de la oposición expresaron su alarma por los posibles efectos de contracción del mercado bancario. Sin embargo, Dave McKay, de RBC, advirtió de que rechazar la compra podría enviar señales negativas a los inversores mundiales sobre el clima económico de Canadá.
La adquisición es un avance significativo en la banca canadiense y se espera que consolide la posición de RBC como institución financiera líder en el país. Además, según McKay, desempeña un papel crucial en el mantenimiento de una percepción positiva de Canadá por parte de los inversores internacionales.
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