Julio César Rivas
Toronto, 23 oct (EFE).- La mercadotecnia de los vehículos
híbridos y eléctricos y no problemas técnicos o de desarrollo se
convierte rápidamente en el principal desafío que tienen los
fabricantes de automóviles a la hora de prever el futuro de la
tecnología.
Esta semana, el presidente del consejo de administración de Ford,
Bill Ford, declaró durante una conferencia dedicada a las nuevas
tecnologías híbridas y eléctricas del sector del automóvil (The
Business of Plugging In), que estos vehículos ya son una realidad.
"Para nosotros, esto no es solo un experimento de Investigación y
Desarrollo (I+D). Tenemos vehículos de verdad. Hemos hecho grandes
apuestas, y están empezando a salir de la línea de producción el
próximo año", afirmó.
Bill Ford se refería a que el próximo año la empresa que creó su
bisabuelo hace un siglo gracias al desarrollo del motor de
combustión empezará a vender su primer vehículo eléctrico comercial,
una versión de la furgoneta Transit Connect.
Además, en el 2011, la empresa quiere sacar al mercado una
versión totalmente eléctrica de su nuevo Ford Focus.
Y Ford tiene en el mercado en Norteamérica desde hace años una
versión híbrida de sus todoterreno Escape, aunque en este caso la
tecnología que utiliza es derivada del eje motor híbrido
desarrollado por Toyota.
Pero a lo que Bill Ford se refería es que ahora que la empresa
que preside, así como la inmensa mayoría de sus competidores en
Norteamérica y el resto del mundo han desarrollado (o están en fases
avanzadas de desarrollo) vehículos eléctricos e híbridos, el desafío
es cómo vender esos productos al consumidor.
Porque desde hace 100 años los conductores están habituados a una
serie de prestaciones con sus vehículos de combustión interna y
pocos parecen estar dispuestos a cambiar.
De hecho, aunque las ventas de vehículos híbridos se han
disparado en los últimos años en Estados Unidos, gracias a los
buenos resultados de modelos como el Toyota Prius y el Ford Escape
híbrido, solo representan un 2 por ciento de la cifra total en el
gigante norteamericano.
"La cuestión es si nuestros clientes querrán esos vehículos" dijo
Ford.
Esa es la gran pregunta que acecha a General Motors (GM).
La compañía, que ha sobrevivido a duras penas su desastre
financiero y solo gracias a decenas de miles de millones de dólares
de ayudas públicas, empezará a comercializar el año que viene el
Chevrolet Volt, el primer vehículo eléctrico recargable a la venta
de forma masiva en Estados Unidos.
GM ha invertido enormes recursos para desarrollar y producir el
vehículo y espera a cambio que el Volt se convierta en uno de esos
escasos productos capaces de revolucionar un sector y revertir su
decadente situación. Algo parecido al iPod del mundo del motor.
El Volt cuenta con atributos realmente atractivos, empezando por
lo poco que costará llenar su depósito. Al ser recargable, sus
baterías se alimentarán de la red eléctrica a través de enchufes
domésticos.
Cuando las baterías se descarguen, el Volt tiene un pequeño motor
de combustión que genera electricidad para estas.
Así que GM calcula que el consumo medio del Volt será 1,5 litros
de gasolina por cada 100 kilómetros.
El problema es que para comprar un vehículo eléctrico o híbrido
el consumidor tiene que desembolsar más dinero que el necesario para
adquirir uno convencional.
Por ello Tony Posawatz, unas de las personas encargadas de la
producción del Volt, afirmó durante la misma conferencia que el
objetivo de GM es que los conductores queden prendados del vehículo
eléctrico.
"Nuestro trabajo es hacer un producto del que se enamoren" dijo
Posawatz.
De momento, quienes están enamorados con el Volt y vehículos
similares son las compañías eléctricas norteamericanas que hacen
planes para cubrir el aumento de la demanda que se espera genere la
aparición de decenas de miles de recargables en las carreteras
estadounidenses en los próximos años. EFE
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