Javier Aja
Belfast (R.Unido), 16 jun (EFE).- El Grupo de los Ocho (G8) se reúne en Irlanda del Norte a partir de mañana para tratar, entre otros temas, la evasión de capitales, mientras, al otro lado de la frontera, la República de Irlanda se ha labrado una imagen de paraíso fiscal para las multinacionales.
Asociadas normalmente a exóticos territorios de ultramar, la evasión fiscal y la fuga de capitales han sido cuestiones abordadas anteriormente por el G8, si bien nunca se tomaron medidas demasiado contundentes.
Quizá porque estas cuestiones han surgido ahora con fuerza en países europeos como Irlanda, lo que ha salpicado de paso a Estados Unidos, el Gobierno del Reino Unido, que desempeña este año la presidencia del grupo de las siete naciones más ricas y Rusia, ha reconocido que "ha llegado la hora de abordarlas".
"Después de años de abusos, la gente en todo el planeta demanda que se tomen medidas", señaló la oficina del primer ministro británico, el conservador David Cameron, al presentar las prioridades del G8 para la cumbre que tendrá lugar en la localidad norirlandesa de Enniskillen el 17 y 18 de junio.
Su homólogo irlandés, el democristiano Enda Kenny, tendrá la oportunidad de contribuir a este debate, dado que está invitado al encuentro para participar en alguna de sus reuniones porque su país ostenta durante el primer semestre de 2013 la presidencia de turno de la Unión Europea (UE).
No obstante, una parte de la clase política irlandesa y de los actores sociales le piden a Kenny que haga primero los deberes en casa y se comprometa ante el G8 a trabajar para acabar con los dobles raseros que supuestamente se aplican en el sistema fiscal irlandés.
Países como Irlanda han logrado atraer a numerosas multinacionales, especialmente tecnológicas, gracias a una fiscalidad que establece que todas las empresas pagan un impuesto de sociedades del 12,5 % sobre los beneficios operativos y una tasa del 25 % sobre los no operativos, porcentajes muy inferiores a los de otros países europeos o a los de EEUU.
Además, un reciente informe del Senado estadounidense sobre la estrategia fiscal de Apple, que dice que la compañía creó subsidiarias en Irlanda con el único fin de evitar el pago de impuestos en EEUU, asegura que ni siquiera se han aplicado esas tasas.
Según la investigación, la multinacional de Cupertino (California) habría logrado negociar con el Gobierno irlandés el pago de un impuesto de sociedades del 2 %, lo que ha sido negado rotundamente por las autoridades de Dublín.
También la comisión de cuentas públicas del Parlamento británico divulgó un informe el año pasado en el que calificaba de "inmoral" la fiscalidad de algunas multinacionales que minimizan el pago de impuestos en este país.
"El Reino Unido quiere trabajar con los países en vías de desarrollo sobre esta cuestión. Cuanto más pobre es el país, más necesita ingresos fiscales", ha asegurado el Gobierno de Londres en referencia a sus prioridades para el G8.
Ese mensaje lo hace suyo ahora gran parte de la ciudadanía de una Europa inmersa en una profunda crisis económica, como los irlandeses, cuyo nivel de vida ha caído en picado desde que Dublín pidió en 2010 un rescate a la UE y el FMI por 85.000 millones de euros.
De momento, antes del comienzo del encuentro de los líderes del G8, Cameron ha tratado de hacer toda una declaración de intenciones al llegar el sábado en Londres a un acuerdo con los territorios británicos de ultramar para luchar contra la evasión fiscal.
Después de reunirse con los representantes de islas Vírgenes Británicas, Bermuda, Gibraltar, Anguila, Montserrat y Turcos y Caicos, el "premier" anunció la adopción de una serie de medidas destinadas a promocionar la transparencia fiscal y el intercambio de información entre las distintas jurisdicciones fiscales.
Todos ellos acordaron participar en una iniciativa piloto sobre intercambio automático de información fiscal puesta en marcha por el Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y España y a la que se espera se inscriban más países tras la cumbre del G8.
También se comprometieron a unirse a la llamada Convención Multilateral sobre Asistencia Administrativa Mutua en Asuntos Fiscales, una iniciativa impulsada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). EFE