Quito, 9 ene (EFE).- La dolarización en Ecuador cumple hoy diez
años de vigencia, tras nacer en medio de la peor crisis financiera
de la historia del país, aunque persiste la desigualdad y la
nostalgia por el sucre, la antigua y centenaria moneda nacional.
Aunque para varios analistas económicos la principal herencia del
esquema de la dolarización ha sido la estabilización de la economía,
el jefe de Estado, Rafael Correa, asegura que una de las peores
lacras de su país es la inequidad, al considerar que la riqueza
sigue concentrada en pocas manos.
Duro crítico del neoliberalismo y uno de los impulsores del
llamado Socialismo del Siglo XXI, Correa sostiene que su "revolución
ciudadana" busca, entre otras cosas, la redistribución de la riqueza
y que los beneficios de los recursos del Estado lleguen a la mayoría
de la población, acostumbrada ya al uso del dólar.
El mandatario ha asegurado que aunque está en desacuerdo con la
dolarización, salir de ella sería "caótico", pero ha dicho que se
piensa posiblemente en un futuro adoptar una moneda regional que
consolide y ayude a la economía de los países de Suramérica.
El Gobierno opina que Ecuador no fue abatido por la crisis
financiera internacional desatada en 2009, pero atribuye el hecho a
su política económica antes que al esquema de dolarización.
De hecho, Correa sostuvo que la dolarización perjudicó al país
durante la crisis financiera internacional, pues mientras otras
naciones devaluaron sus monedas para no perjudicar sus economías,
Ecuador debió adoptar salvaguardas para proteger su mercado, lo que
ocasionó falta de competitividad.
Para Joyce de Ginatta, presidenta de la Federación Interamericana
Empresarial (FIE) "el resultado (de la dolarización) es más que
satisfactorio porque el dólar se convirtió en un elemento de
custodia y blindaje de la economía".
"Para más del 90 por ciento de los ecuatorianos las condiciones
del país son mejores con la dolarización. El esquema monetario tiene
gran acogida luego de una compleja transición", según el
vicepresidente de la encuestadora Cedatos-Gallup, Carlos Córdova.
Para Jaime Gallegos, catedrático de la Pontificia Universidad
Católica del Ecuador, "hay que agradecer a la dolarización la
estabilidad macroeconómica de hoy", pues, a su criterio, "el sistema
frenó el manejo del tipo de cambio -relegado a la banca privada- y
la especulación con las tasas de interés".
Patricio Almeida, profesor de la Universidad Central, dijo a la
prensa local que Ecuador se encuentra en estos momentos "atado al
dólar y depende de cómo camina la economía de Estados Unidos, lo que
fija reglas claras para empresarios, trabajadores y el sector
público con miras a mejorar la competitividad".
De acuerdo con el analista Marcelo Vásquez, la dolarización se ha
mantenido gracias, principalmente, al alto precio del barril de
petróleo y a las remesas de los emigrantes en EE.UU. y Europa, ambos
afectados por la crisis mundial desatada en 2008, por lo que teme
que la dolarización peligre.
También Julio José Prado, del Instituto de Desarrollo Empresarial
(IDE), teme riesgos en la dolarización si no se mantiene una
disciplina fiscal.
Marcos López, ex director del Banco Central, opina que "se ha
incrementado de tal manera el gasto corriente que si el petróleo no
se mantiene y si los impuestos bajan de nivel, no se puede sostener
la dolarización".
El mantenimiento del poder adquisitivo, la estabilidad económica
que permita fijar tasas de interés y por ende facilitar el crédito a
largo plazo son herencias que ven analistas económicos en la década
de la dolarización que, no obstante, creen que no ha significado un
crecimiento económico.
"Si bien la dolarización ha brindado estabilidad monetaria, no es
un factor que necesariamente signifique crecimiento económico, pues
no es suficiente si no existe una verdadera política de desarrollo",
señaló Roberto Villacreces, técnico del Instituto Ecuatoriano de
Política Económica.
"Si tenemos dolarización y a su vez altos impuestos, mercados
cerrados, no hay libre mercado con los principales socios, si no hay
política de restricción de gasto público, si no hay mejoras de
procesos en las leyes, si no hay seguridad en inversiones, no habrá
crecimiento", comentó al anotar que ha habido cierto crecimiento
respecto de otras décadas, pero dado por el precio del petróleo. EFE