Washington, 27 ago (EFE).- El financiero Allen Stanford, acusado
por un fraude de 7.000 millones de dólares y preso a la espera de
juicio, fue llevado a un hospital de Texas porque presentaba
irregularidades en el ritmo cardiaco, informó hoy el juez que maneja
el caso.
Stanford debía comparecer hoy ante el juez federal David Hittner,
de Houston, para que éste considerara la cuestión de su
representación legal, pero no se presentó por encontrarse en el
hospital, dijo el magistrado.
El financiero deberá ser representado por un abogado de oficio
porque todos sus activos han sido congelados y no puede pagar un
letrado.
El juez Hittner, en Houston, presidió hoy también la audiencia en
la cual el ex director financiero del Grupo Stanford, James Davis,
se declaró culpable por tres de los cargos que se le han imputado en
relación con la estafa.
Asimismo, según el Gobierno, Davis aceptó una orden preliminar de
incautación por valor de 1.000 millones de dólar.
Hittner fijó para el 20 de noviembre la audiencia en la cual se
dictará la sentencia para Davis, pero señaló que podría postergarse
el trámite debido al juicio de Stanford.
La fiscalía y el juez quieren estar seguros de que Davis cumplirá
sus compromisos y seguirá ayudándoles en el procesamiento de
Stanford, antes de dictar la sentencia.
Por los delitos que admitió, Davis podría recibir sentencias de
hasta 30 años en prisión, pero su colaboración con los
investigadores y la fiscalía pueden bajar sustancialmente el
castigo.
La acusación civil formulada por la Comisión de Valores sostiene
que Stanford y los principales funcionarios de su grupo de compañías
defraudaron a los clientes aconsejándoles que adquirieran
certificados de depósito del Banco Internacional Stanford, que tiene
su sede en Antigua.
En una entrevista exclusiva con la cadena Fox, el abogado de
Davis, David Finn, dijo el mes pasado que su cliente había llegado a
un acuerdo con los fiscales y se declararía culpable de los cargos
de conspiración y obstrucción a los que se enfrenta.
Finn admitió que el fraude que su cliente ayudó a perpetrar a
Stanford se remonta por lo menos 10 ó 15 años y fue fraudulento
desde el principio.
La jefa de inversiones de la compañía matriz de Stanford, Laura
Pendergest Holt, encara cargos criminales por obstrucción en la
investigación de la Comisión de Valores, que sostiene que la mujer
mintió acerca de lo que sabía sobre las actividades de la firma. EFE