París, 7 dic (EFE).- La mayoría de los franceses considera que el Gobierno francés ha perdido la negociación mantenida con ArcelorMittal sobre el futuro de la planta de Florange, para la que se había preparado un escenario de nacionalización.
Siete de cada diez ciudadanos, según una encuesta difundida hoy por el instituto demoscópico BVA, se dicen "fuertemente descontentos" con la gestión realizada tanto por el presidente galo, François Hollande, como por el primer ministro, Jean-Marc Ayrault.
Incluso la figura más izquierdista del Ejecutivo, el ministro de Recuperación Productiva, Arnaud Montebourg, que amenazó con dimitir al sentirse desautorizado, roza el suspenso en un caso que ha tenido en el punto de mira tanto a la empresa como a las autoridades.
La planta que ha protagonizado ese pulso da empleo a 2.600 personas y ArcelorMittal, el mayor grupo siderúrgico del mundo, había planteado su cierre parcial por la caída de la demanda de acero.
Hollande expresó a finales de noviembre el deseo del Gobierno de que se mantuviera la actividad en toda la instalación y Mittal accedió a darle un plazo de dos meses para hallar un comprador para la parte de acero pesado, pero la falta de interés mostrada por los posibles inversores puso sobre la mesa la posibilidad de la nacionalización.
El anuncio de un acuerdo, finalmente, llegó el viernes pasado, pero no ha satisfecho ni a ciudadanos ni a sindicatos: ArcelorMittal conservará la acería que se encuentra parada y aunque de momento seguirá inactiva, la empresa se compromete a invertir en ella 180 millones de euros en cinco años, que evitan su cierre definitivo.
Para los trabajadores desapareció el fantasma de los 629 despidos planteados con el ERE por la compañía porque ésta se comprometió a ofrecer posibilidades de recolocación interna, pero la negociación no logró que esos altos hornos vuelvan a producir en lo relativo al menos al corto y medio plazo.
"Seguiremos produciendo acero de la más alta calidad en Francia y trabajaremos para demostrar que somos una empresa que cumple sus compromisos", indicó hoy el jefe de la compañía, el millonario indio Lakshmi Mittal en un correo interno enviado a sus trabajadores y difundido por los medios franceses.
En esa misiva se obvia el anuncio este jueves de la retirada de su candidatura en el proyecto Ulcos, lanzado para buscar nuevas formas de producir acero que reduzcan hasta un 70 % las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero, y que para los sindicatos suponía la esperanza de impulsar la competitividad de la planta.
Y aunque la empresa afirma que no abandona su intención de participar en una segunda fase de ese proyecto, la decepción por una decisión que contradice los acuerdos alcanzados con el Gobierno, según la prensa, abre un nuevo capítulo en esta crisis, después de que los sindicatos hayan amenazado con "ocupar" los altos hornos a partir del lunes. EFE