Bruselas, 11 feb (EFE).- Los ministros de Economía y Finanzas de la zona del euro (Eurogrupo) dejaron hoy abierta la puerta a todas las opciones de cara al programa de asistencia financiera a Chipre, que no será acordado hasta marzo, incluido imponer pérdidas sobre los titulares de depósitos no grantizados en los bancos del país.
"Estamos analizando todos los elementos e instrumentos que podríamos querer usar en el programa, y no podemos decir demasiado sobre esto hasta que logremos un acuerdo", indicó el presidente del Eurogrupo, el holandés Jeroen Dijsselbloem, al término del encuentro.
El también ministro de Finanzas de Holanda no quiso entrar en detalles respecto al contenido que podría tener este programa, dado que las negociaciones en torno al mismo siguen su progreso.
El vicepresidente de la Comisión Europea (CE) y responsable de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, trató de despejar el fantasma de la quita al asegurar que el Ejecutivo europeo no ha impulsado ninguna propuesta que incluya la asunción de pérdidas por parte de los titulares de depósitos de ese país.
Rehn insistió en que la ambición de la CE es asegurar un "reparto justo del coste de la resolución de los bancos" chipriotas, además de subrayas que están trabajando tanto en el seno de la troika -la tríada que también incluye al Banco Central Europeo y al Fondo Monetario Internacional-, como con el eurogrupo para encontrar una solución.
La negativa de Dijsselbloem a descartar una quita sobre los depósitos de los bancos de Chipre puede elevar la incertidumbre de los inversores en los entidades del país mediterráneo, que cuentan con una amplia presencia de clientes de terceros países, especialmente rusos.
Por su parte, el ministro de Finanzas chipriota, Vassos Shiarly, trató de despejar las dudas sobre su país para tranquilizar a los inversores.
Shiarly aseguró al inicio de la reunión del Eurogrupo que las autoridades del país nunca aceptarán "bajo ninguna circunstancia" que los depositantes de los bancos chipriotas tengan que asumir pérdidas en el marco del programa de asistencia financiera.
Una condición "sine qua non" para aprobar este programa, según Rehn, es que Chipre realice una auditoría independiente que demuestre que el país no es un centro de blanqueo de dinero.
La troika aclarará en una semana los requisitos de la auditoría, que deberá despejar las "preocupaciones existentes" entre los socios de la moneda única sobre las actividades de blanqueo de capital en la isla, que el Gobierno chipriota niega.
La luz verde de los Diecisiete para la puesta en marcha del programa de asistencia financiera a Chipre no llegará antes de la segunda mitad de marzo, una vez que se celebren las elecciones presidenciales en el país que arrancan este domingo.
De este modo, los socios de la moneda única han vuelto a mostrar su falta de urgencia de cara a acordar el programa de asistencia que Chipre solicitó en junio pasado, ante la delicada situación de su sistema financiero.
Chipre se convirtió el pasado junio en el quinto país que solicitaba ayuda financiera al Eurogrupo para sanear su sector bancario, muy debilitado por el impacto de la crisis griega, dada su alta exposición a la deuda soberana helena.
Los Diecisiete también abordaron a situación de Grecia.
"El programa está en el buen camino gracias a los esfuerzos del Gobierno y a los esfuerzos de la troika", recalcó Dijsselbloem.
El ministro holandés señaló que aunque hay elementos que permiten observar con "optimismo" la evolución del país, es conveniente mantener una actitud precavida y continuar el programa de reformas.
Otra de las cuestiones tratadas por los Diecisiete ha sido la posibilidad de abrir la puerta al sector privado en la recapitalización directa de entidades bancarias por parte del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), lo que aumentaría su capacidad.
Los socios de la zona del euro estudian también la opción de introducir "techos" de capacidad para los distintos instrumentos del MEDE, dentro de los trabajos de definición del proceso del futuro proceso de recapitalización directa de la banca con dificultades a través del MEDE, que se prolongará hasta junio. EFE
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