París, 26 ago (EFE).- El Gobierno francés ultima hoy y mañana con organizaciones sindicales y patronales las discusiones en torno a la reforma del sistema de pensiones, que espera presentar en consejo de ministros a mediados de septiembre.
En estos dos días, el primer ministro, Jean-Marc Ayrault, va a recibir a ocho sindicatos y a tres organizaciones patronales para consultar por última vez con todos ellos un proyecto que se alza como uno de los más destacados del quinquenio de François Hollande.
Se calcula que el sistema de pensiones francés registrará un déficit de 20.000 millones de euros para 2020, cantidad de la que unos 4.000 millones están en manos de los agentes sociales, y otros 8.000 millones, correspondientes al régimen de funcionarios, dependen del Estado.
Aunque lo debatido afectará a todos los trabajadores, el núcleo de la reforma, según indicó hoy el diario Libération, está centrado en los entre 7.000 y 8.000 millones de euros que conciernen al sistema general de empleados del sector privado.
El proyecto en marcha, tal y como afirmó ayer Ayrault en la cadena France 2, no será "una mera medida de ajuste financiero" y requerirá esfuerzos de todas las partes, que el Ejecutivo se apremia a precisar que no serán "imposibles".
Aunque todavía no se han cerrado todos los detalles, parece claro que la edad de la jubilación se va a mantener en los 62 años, y que no se va a cambiar el método de cálculo de las pensiones de los funcionarios, que actualmente tiene en cuenta los seis últimos meses de salario, primas aparte.
El Ejecutivo contempla una posible alza de la Contribución Social Generalizada (CSG), que por cada incremento de un punto aportaría unos 12.000 millones de euros, o un aumento del tiempo de cotización después de 2020.
De los 41,75 años necesarios actualmente para cobrar en 2020 la pensión completa, la duración de la cotización pasaría a los 43 años para los nacidos en 1975, que se jubilarán en 2037, y a los 44 para aquellos de 1989, con lo que, añade Libération, se ganarían unos 2.300 millones por año hacia 2030.
Se decida lo que se decida, según prometió ayer Ayrault, el resultado será "justo" con quienes tienen peores empleos y trabajos, y espera revisar igualmente los derechos familiares, para favorecer la situación de las mujeres.
"Una sola vía permite garantizar la perennidad del sistema: trabajar y cotizar más tiempo. ¿Pero qué va a decidir el primer ministro? Sin esperar al término de las negociaciones emprendidas hoy, conocemos la respuesta: un aumento de la CSG, de las cotizaciones, probablemente de ambos. En definitiva: impuestos", decía hoy en su editorial Le Figaro.
Este domingo, el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, advirtió al Ejecutivo de que las subidas de impuestos han alcanzado en el país un nivel "crítico", y aconsejó un mayor control del gasto público como fórmula para reforzar la disciplina presupuestaria.
Los sindicatos, sin esperar a la versión definitiva del texto, que debería estar lista a finales de semana para poder ser examinada en consejo de ministros el 18 de septiembre, han anunciado ya una manifestación para el día 10 con el objetivo de contestar la ley en marcha. EFE