Barcelona, 30 abr (.).- El Banco Sabadell (MC:SABE) ha cerrado el primer trimestre del año con un beneficio neto de 94 millones de euros, un 63,7 % inferior al del mismo período de 2019, después de realizar dotaciones extraordinarias de 213 millones por posibles deterioros derivados de la crisis sanitaria.
Sin tener en cuenta estas provisiones, el Sabadell estima que habría ganado 245 millones, un 5,1 % menos que en el primer trimestre de 2019.
El total de dotaciones y deterioros en estos tres primeros meses del año asciende a 454 millones, frente a los 190 millones de 2019, una variación que se explica, principalmente, por las provisiones por el coronavirus, que ascienden a 213 millones.
En la rueda de prensa telemática de presentación de resultados, el consejero delegado del banco, Jaime Guardiola, ha defendido que esos 213 millones de dotaciones deberían bastar para hacer frente a deterioros generados a lo largo de este año.
Por su parte, el responsable financiero del banco, Tomás Varela, ha explicado que esta provisión se ha calculado sin contemplar "los escenarios más adversos", es decir con la fotografía del final de año, que el Sabadell cree que ya recogerá la dureza inicial de la crisis y la recuperación gradual.
El Sabadell no hace previsiones financieras de cara a este año, aunque descarta cerrar el año con pérdidas, y defiende que afronta esta crisis con un "alto nivel de capital", lo que le deja en una situación "confortable", la dicho Guardiola.
A pesar del castigo que sufre en bolsa esta entidad financiera, Guardiola confía en que "los inversores irán volviendo poco a poco al título".
Hasta marzo, los ingresos del negocio bancario (margen de intereses y comisiones netas) bajaron un 0,88 % interanual, situándose en 1.233 millones.
En concreto, el margen de intereses se situó en 884 millones, un 1,8 % menos, debido a la titulización de préstamos al consumo realizada el año anterior y a los menores tipos de interés, mientras que las comisiones netas crecieron un 1,9 %, hasta los 349 millones.
Aunque el Sabadell no ha hecho predicciones acerca de cuánto puede crecer su morosidad como consecuencia de la crisis -ahora es del 3,8 %-, su consejero delegado sí ha apuntado que prevé un "crecimiento neto de crédito este año", debido a que el aumento del crédito empresarial compensará la caída de hipotecas y préstamos al consumo.
Por otra parte, Guardiola ha comentado que la banca está gestionando "muy bien" la concesión de créditos avalados por el Instituto de Crédito Oficial (ICO), y ha sentenciado: "La banca se merece un poco de reconocimiento y menos tortazos".
El directivo ha dicho que los bancos están canalizando estos créditos destinados a autónomos, pymes y empresas para hacer frente a esta crisis sanitaria en plazos "razonables", porque tramitarlos requiere una serie de autorizaciones de los propios bancos y del propio ICO, ha recordado.
El número de operaciones en curso por parte de Sabadell es de 61.036, por un volumen de 7.887 millones, y la previsión de la entidad es agotar totalmente la segunda y tercera línea de liquidez habilitada para el tejido empresarial.
Por otra parte, Guardiola ha dicho que uno de los retos que se plantea el banco este año es reducir sus costes en comparación a 2019, aunque no contempla ni despidos de personal ni acelerar el cierre de oficinas más allá de lo ya previsto.
Preguntado por si las fusiones bancarias pueden quedar aparcadas por la crisis, el directivo ha asegurado que los bancos están tan "absolutamente centrados en gestionar esta crisis que queda poco espacio para otra cosa", si bien ha admitido que la lógica de estas operaciones "sigue existiendo y puede que las tendencias se puedan acelerar" dentro de un tiempo, una vez superada la situación actual.
El 73 % de los empleados de la red comercial del banco están haciendo teletrabajo, un porcentaje que alcanza el 97 % en el personal de los centros corporativos.
Como "medida de prudencia" a la vista de la crisis generada por el coronavirus, el Sabadell decidió no realizar el pago de dividendo en el ejercicio 2020 y tanto el presidente del banco, Josep Oliu, como el consejero delegado, Jaime Guardiola, los consejeros ejecutivos y el resto de la alta dirección han renunciado al cobro de su retribución variable del año 2020, medida que incluye también a los miembros del comité de dirección de la filial británica TSB.
Por otra parte, Guardiola ha defendido "flexibilizar" los requisitos para presentar un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), y ha augurado una recuperación "en V" para la economía española, "aunque no sabemos el ángulo de subida", ha dicho, haciendo gala de su "optimismo" ante la actual crisis.