Atenas, 2 abr (EFE).- Los ministros de Economía de la Unión Europea abordan hoy la situación de la Unión Bancaria después del acuerdo alcanzado con la Eurocámara sobre el sistema único de liquidación bancaria y estudian la propuesta de la Comisión Europea (CE) para la reforma estructural del sector.
En concreto, el llamado Ecofin prevé empezar a hablar de la implementación del mecanismo único de liquidación bancaria, después de que los países miembros hayan dado su visto bueno al pacto logrado con el Parlamento Europeo (PE), que prevé votar la regulación en su pleno del próximo 15 de abril.
Dado que se trata de una reunión informal, los ministros no tomarán decisiones formales, sino que intercambiarán puntos de vista, algo que también harán sobre el estado de la implementación del supervisor bancario único, encabezado por el Banco Central Europeo (BCE) y que asumirá sus tareas en noviembre próximo.
Como parte del debate sobre el supervisor, los ministros también estudiarán sobre los preparativos para el ejercicio del análisis de la calidad de los activos y la prueba de resistencia al que se someterá la banca de la eurozona.
Además, los ministros debatirán la propuesta que la CE presentó el pasado 29 de enero con la que pretende impedir que los bancos de mayores dimensiones y complejidad sigan ejerciendo la arriesgada actividad de negociación por cuenta propia.
Las nuevas normas otorgarían a los supervisores la facultad de exigir a los bancos una separación entre determinadas actividades de negociación potencialmente arriesgadas y la función de aceptación de depósitos, si el ejercicio de las mismas pone en peligro la estabilidad financiera.
La CE busca con estas nuevas normativas evitar que los bancos incurran en riesgos que puedan poner en peligro la estabilidad financiera, como sucedió en 2008 con la caída del banco de inversiones Lehman Brothers al inicio de la crisis.
El Ejecutivo comunitario quiere prohibir el conocido como "property trading", las operaciones especulativas con los fondos del propio banco o capital prestado, que impliquen la negociación con materias primas e instrumentos financieros.
De las 8.000 entidades que operan en la Unión Europea (UE), solo unas 30 -que representan, sin embargo, cerca del 65 % del total de los activos bancarios en los Veintiocho- se verán afectadas por la normativa.
Se trata de los bancos que tienen una "importancia sistémica" o que superen los 30.000 millones de euros en activos y actividades comerciales por valor de 70.000 millones o que representen el 10 % de sus activos.
Los supervisores tendrán, sin embargo, la capacidad de extender estas restricciones a otras entidades.
El segundo pilar de las nuevas normativas es la capacidad que tendrán los supervisores para exigir a una entidad que separe sus actividades de banca tradicional de sus operaciones de inversión, en el caso de que se detecte una exposición del banco a "excesivos riesgos".
La propuesta rebaja la ambición de separar de manera generalizada las actividades de banca tradicional de la banca de inversión, pese a que el informe que la CE encargó al gobernador del Banco de Finlandia, Erkki Liikanen, para que sirviera de base a la propuesta, apostaba por ello.
Las normativas propuestas incluyen también una serie de medidas que pretenden evitar que las entidades intenten eludir el cumplimiento de los límites separando sus actividades y llevándolas a cabo en la "banca a la sombra", así como para aumentar la transparencia de las operaciones financieras.