París, 19 nov (EFE).- La OCDE, que en junio ya preveía la caída
de la actividad económica en Chile este año, ha agravado ahora su
previsión y anticipa un descenso del 1,8%, mientras que ha mejorado
sus augurios de recuperación en 2010, año en el que prevé un
crecimiento del 4,1%, al que tendría que seguir un 5% en 2011.
En su informe semestral de Perspectivas publicado hoy, la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)
que dedica un capítulo a los países en proceso de adhesión, explica
que Chile "ha sido duramente golpeado por el colapso del comercio
mundial y de los precios de las materias primas".
Al ser "una economía pequeña abierta, con una fuerte dependencia
de las exportaciones mineras y agrícolas", la chilena se vio
afectada en particular por el hundimiento de la cotización del
cobre, que bajó más de la mitad desde la segunda mitad de 2008.
La organización, además de corregir para peor el alcance de la
recesión de este año -en junio anticipaba un descenso del Producto
Interior Bruto (PIB) en 2009 del 1,6%-, constata que el paro ha
aumentado rápidamente y espera que el descenso llegará en 2011.
Otra de las consecuencias de la crisis es que se ha pasado de un
superávit fiscal del 5% del PIB en 2008 a un déficit que este año se
situará en el 3,5%, y que seguirá en los dos próximos ejercicios,
aunque limitado al 1,3% y al 1% del PIB, respectivamente.
Pero los autores del estudio también ponen el acento en los
elementos alentadores y, tras recordar que la cotización del cobre
ya se ha empezado a recuperar, avanzan que se espera un incremento
del PIB en el segundo semestre de este ejercicio, con una gradual
aceleración hasta alcanzar el ritmo de progresión por encima del
potencial en 2011.
Los precios seguirán con una evolución muy moderada, de forma que
la inflación interanual, que ha pasado del 8,7% de media en 2008 al
1,4% en 2009, se quedará en el 1% el próximo ejercicio, antes de
situarse posteriormente en la horquilla objetivo del banco central
de Chile (2-4%).
La OCDE considera que el Ministerio de Economía actuó con premura
para poner en marcha su plan de estímulo contra la crisis, del que
además dice que estaba "bien" orientado en sus objetivos, y que pudo
ser consecuente gracias a las "prudentes políticas fiscales del
pasado" con los fondos acumulados de las ventas de cobre durante la
fase de bonanza.
También se hace eco de las acciones del banco central, que rebajó
los tipos de interés desde el 8,25% el pasado año al 0,5% en julio,
y puso en marcha otras medidas para facilitar la liquidez.
Pese a todo, la organización constata que las condiciones
crediticias siguen siendo tensas debido a que los bancos ponen más
constricciones a la hora de conceder préstamos, en particular, a los
clientes más expuestos a la caída de la actividad.
El conocido como "Club de los países desarrollados" -en el que
Chile debería ingresar en unos meses- advierte de que estas
proyecciones están sujetas a un riesgo a la baja en caso de que se
confirmaran una serie de riesgos.
En particular, se trataría de una segunda oleada de efectos de la
crisis en el sector financiero o un aumento de problemas de impagos
de créditos en un contexto de alto desempleo y de quiebras de
empresas.
Por el contrario, la economía chilena podría recuperarse más
rápidamente con una demanda más fuerte de sus principales mercados
de exportación, sobre todo, China. EFE