Bruselas, 26 nov (EFE).- El Gobierno de la región belga de
Flandes y los sindicatos de la fábrica de Opel en Amberes
insistieron hoy en que General Motors Europa tenga en cuenta la
competitividad de esas instalaciones a la hora de decidir su futuro.
La planta de Amberes tiene un futuro "incierto" en los planes de
reestructuración de GM Europa, según reconoció este miércoles el
presidente de la empresa, Nick Reilly, y el país teme el cierre
definitivo de la fábrica.
"La productividad en Amberes es muy alta", afirmó el presidente
de Flandes, Kris Peeters, en declaraciones tras reunirse con los
principales sindicatos de la planta para tratar la grave situación.
Peeters insistió en que está "convencido" de que la fábrica de
Amberes "tiene futuro desde el punto de vista económico y no del
político", por lo que pidió que GM dé "una oportunidad" a la planta.
En Bélgica siguen planteándose cuestiones acerca de que el plan
de reestructuración de GM Europa -que prevé una reducción de en
torno al 20 por ciento de la capacidad de producción- haya
garantizado las cuatro fábricas alemanas del grupo pero amenace con
el cierre de la única belga.
Un cierre constituiría una "situación intolerable", dijo
claramente Peeters.
Los responsables políticos y sindicales belgas contaban con que
GM Europa cumpliera un compromiso de hace dos años de producir en
Amberes dos vehículos todoterreno, a fin de compensar el cese de la
producción del Astra en estas instalaciones.
Sin embargo, las últimas informaciones aportadas por la empresa
apuntan a que esos vehículos serían producidos en las fábricas que
el grupo General Motors tiene en Corea del Sur. EFE