La Paz, 12 feb (EFE).- El embajador de Brasil en La Paz,
Frederico Cézar de Araújo, aseguró hoy que se malinterpretó al
presidente Luiz Inácio Lula da Silva cuando dijo que su país
continuaría comprando gas a Bolivia cuando sea autosuficiente "por
solidaridad".
Para Araújo, en Bolivia se hizo una "mala interpretación" de las
palabras de Lula, ya que lo que se discute actualmente no es la
compra de gas, puesto que ya existe un acuerdo al respeto, sino la
ampliación de ese convenio, cuya vigencia termina en 2019.
El embajador brasileño se refirió así a las declaraciones de Lula
en las que aseguró que pese a que su país sea autosuficiente,
seguirá comprando gas a Bolivia "porque es un país pobre" y hay que
ayudarlo.
Estas palabras no sentaron bien en el Gobierno de La Paz y el
vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, replicó que
Brasilia debe cumplir con el contrato de compra de gas natural, al
margen de la "buena voluntad" de Lula.
Araújo recordó que ambos Gobiernos tienen vigente un contrato que
compromete a los productores bolivianos a proveer del energético al
sureste brasileño hasta 2019 y dijo estar seguro de que se propondrá
a La Paz prolongar este acuerdo "porque es útil a los dos países".
Además, interpretó que cuando el presidente Lula habló de
solidaridad se refería a la política del Gobierno de Evo Morales de
que Bolivia quiere "socios y no dueños" de los recursos naturales.
En este sentido, adelantó que en marzo llegarán a Bolivia "dos
grandes complejos industriales brasileños con la idea de
industrializar de un lado el gas y de otro explorar la posibilidad
de industrialización de los recursos evaporíticos del Salar de
Uyuni".
Según el embajador, el proyecto de instalar un polo gas-químico,
que estaría situado en la localidad fronteriza de Puerto Suárez, en
la región oriental de Santa Cruz, está siendo debatido desde hace
una década e "incide en la política boliviana de traer
industrialización a sus productos".
Araújo detalló que esa iniciativa contempla la fabricación de
abonos para atender a la parte boliviana agrícola como al centro
oeste brasileño o la transformación de gases en plásticos.
El diplomático, que ya había adelantado este año el interés de
Brasil de participar en la industrialización del gas boliviano,
afirmó en enero que su Gobierno trabaja con la firma privada
brasileña Braskem para que presente sus proyectos para el
establecimiento de un polo gas-químico.
Precisó que ese proyecto demandará una inversión de entre 1.500 y
2.000 millones de dólares. EFE