Luxemburgo, 7 jun (EFE).- Los miembros de la zona euro pidieron
hoy mayores medidas de consolidación fiscal a España y Portugal a
partir del 2011, así como reformas en el mercado de trabajo y el
sistema de pensiones, en una reunión en la que dieron su aprobación
final al fondo de 750.000 millones destinado a evitar el contagio de
la crisis de la deuda griega.
"Las medidas anunciadas (por España y Portugal) son
significativas y valerosas. Contribuirán sin ninguna duda a
estabilizar los niveles de deuda. Pero también está claro que se
necesitará mayor consolidación a partir de 2011, junto con la
profundización de las reformas estructurales", aseguró el presidente
del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, a la salida de la reunión.
El comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn,
especificó que las "necesarias" reformas estructurales que España y
Portugal deben acometer "para resolver esta situación tan delicada"
son la reforma laboral y la relacionada con el sistema de pensiones.
En este sentido, el comisario recordó el compromiso de los dos
países ibéricos de hacer "todo lo que haga falta" para cumplir con
su objetivo anunciado de situar el déficit en el 6% en 2011.
El Gobierno de España negocia la reforma del mercado de trabajo
con los agentes sociales, pero se ha comprometido a aprobarla
unilateralmente el 16 de junio, antes de la próxima reunión de los
líderes de la Unión Europea (UE), si la negociación entre patronal y
sindicatos sigue encallada y no se logra un consenso en los próximos
días.
El compromiso de los países más expuestos al castigo de los
mercados de que acelerarían la reducción de los déficit y las
reformas de la economía era una de las dos patas en las que se basó
el acuerdo de hace un mes para la estabilización de la zona euro.
Hoy el Eurogrupo cerró los detalles de la otra pata, el mecanismo
de estabilización financiera destinado a proveer de fondos a los
estados que pudieran ver cortada su refinanciación normal en los
mercados, como le ha sucedido ya a Grecia.
Los ministros crearon la llamada "Facilidad Europea de
Estabilidad Financiera (FESF)", una sociedad limitada de carácter
temporal (por tres años) basada en un sistema de garantías
individuales aportadas por los estados participantes y que servirán
a la entidad para obtener dinero en los mercados con objeto de
prestarlo a los socios con problemas.
Esta sociedad con sede en Luxemburgo podría movilizar hasta
440.000 millones de euros de los 750.000 millones que se anunciaron
en mayo, que se completarían con los 60.000 millones de euros que
gestionará la Comisión Europea con cargo al presupuesto de la UE y
la aportación del Fondo Monetario Internacional, equivalente a dos
tercios del total (los otros 250.000 millones restantes).
Los líderes europeos insistieron hace un mes en que este dinero
estará sujeto a condiciones estrictas y recordaron que cualquier
país que requiera de la ayuda tendrá que cumplir con las exigencias
de los socios.
En este sentido, tanto Juncker como Rehn insistieron en la
necesidad de que todos los países y no sólo España y Portugal
profundicen en la consolidación de sus cuentas públicas y anunciaron
la próxima publicación de una declaración en la "que no quede ni la
más mínima duda" del compromiso de la euro zona de reducir la deuda
pública.
Juncker también explicó que los Dieciséis tratarán de restablecer
un "superávit consistente en un plazo breve", con objeto de poder
prever y afrontar nuevos ciclos económicos negativos.
La petición del Eurogrupo a los dos países se produce en el mismo
día en que la deuda española sufrió un nuevo castigo, al superar el
diferencial entre los títulos españoles y los germanos dos puntos
porcentuales ó 200 puntos básicos, por primera vez desde la creación
del euro.
En medio de la tensión de su deuda pública, España afrontará el
próximo jueves un nuevo examen para colocar sus bonos soberanos,
cuando celebrará una subasta de títulos a tres años, con la
esperanza de recaudar hasta 4.000 millones de euros. EFE
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