Pekín, 25 jun (EFE).- La huelga en la fábrica japonesa Denso en
Cantón (sur de China), que detuvo la producción de dos plantas de
Honda y también afectó a su rival Toyota, finalizó después de tres
días, aunque todavía no se ha acordado una subida salarial entre
ambas partes, informó hoy la agencia oficial Xinhua.
El director de la fábrica acordó con los trabajadores continuar
las negociaciones a cambio de que éstos regresen a sus puestos, en
la sexta huelga de una factoría china que afecta a las grandes
automotrices japonesas en los últimos dos meses.
Mil de los 1.200 empleados de la planta se declararon en huelga
entre el lunes y el miércoles, pidiendo una subida salarial de entre
800 y 1.000 yuanes (117-147 dólares), que se añadirían a los 1.300
yuanes (191 dólares) que cobran mensualmente.
La factoría de Denso en Cantón, abierta en 2004, produce sistemas
de control de chasis y motores, filtros y bocinas para Honda, Toyota
y otras fabricantes japonesas.
Sus trabajadores, en su mayoría jóvenes de unos 20 años,
señalaron que anteriores paros en las últimas semanas en otras
fábricas de autopartes en China les inspiraron a ir a la huelga.
La primera de estas huelgas se produjo en la factoría Nanhai
Honda en la ciudad de Foshan, también en la provincia de Cantón, del
17 de mayo al 1 de junio.
Más tarde pararon, también en Foshan, los empleados de la
factoría Fengfu Autoparts, del 7 al 9 de junio, y posteriormente
hubo otra huelga en Honda Lock, de la ciudad cantonesa de Xiaolan,
del 9 al 15 de junio.
Además, trabajadores de dos plantas suministradoras de Toyota en
Tianjin (norte de China) declararon huelgas entre el 15 y el 19 de
junio.
La ola de huelgas, sumada a los suicidios de las fábricas chinas
del gigante tecnológico Foxconn, muestran según los expertos un
aumento del descontento de los trabajadores del sector industrial
chino, por sus bajos sueldos y duras condiciones laborales.
Este descontento se advierte especialmente entre los trabajadores
jóvenes que se incorporan ahora al mercado laboral y que no admiten
las mismas condiciones de trabajo que soportaron sus antecesores,
señalan los analistas. EFE