Madrid, 12 ene (EFE).- El miedo al contagio de la crisis de deuda soberana y la desconfianza hacia España se reducen tras el éxito de la subasta de Portugal y la disposición de Bruselas para mejorar el fondo de rescate, noticias que impulsaron a la Bolsa española a subir el 5,42 por ciento, el mayor alza desde mayo.
De hecho, aunque el resto de parqués europeos avanzaron, ninguno de ellos se anotó un ascenso como el del IBEX 35, selectivo que no vivía una jornada así desde hacía ocho meses.
Por un lado, al igual que hizo ayer Grecia, Portugal apeló hoy al mercado para colocar deuda y consiguió el respaldo de los inversores a los que vendió a un coste menor 1.250 millones de euros en bonos a diez años.
Esto animó a la Bolsa de Madrid después de varios días de caídas por la exposición de la banca española a Portugal, y relajó las primas de riesgo de los países periféricos del euro, que en el caso de España quedó en 240 puntos básicos tras perder casi veinte puntos.
La explicación de esta menor prima se debe a que se estrechó la rentabilidad del bono español a diez años, ahora en el 5,48 por ciento, con el alemán al mismo plazo, que se acercó al 3,1 por ciento.
Pero además de contener el termómetro con el que se mide el miedo de los inversores a que un país sea incapaz de asumir sus pagos, la subasta de Portugal de hoy confirma que el país vecino es capaz de seguir financiándose en los mercados, con lo que aleja la posibilidad de que tenga que verse abocado a solicitar el rescate de la Unión Europea.
Y si esto es así, la hipótesis de que España se vaya a ver envuelta en esa espiral pierde peso, ayudada además por la afirmación del comisario de Asuntos Económicos y Monetarios de la Unión Europea, el finlandés Olli Rehn, quien rechaza la posibilidad de que los problemas de financiación vayan a llegar a España.
De hecho, el comisario valoró el esfuerzo de consolidación fiscal hecho por España para reducir su déficit público, al tiempo que lleva a cabo reformas estructurales necesarias como la reordenación del sector financiero, la del mercado laboral o las de las pensiones.
Con todo ello, gana la idea de que mañana el Tesoro español vaya a colocar con éxito hasta 3.000 millones en bonos a cinco años en su primera subasta de 2011, en la que sin duda tendrá que ofrecer un interés menor que en días pasados a tenor de cómo caía la rentabilidad de esa deuda en el mercado secundario, en la que se negociaban con un interés del 4,76 por ciento al cierre del mercado.
Por el otro lado, otra noticia que justificó la euforia bursátil fue que el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, abogó por ampliar la capacidad del fondo de rescate para países de la zona del euro con problemas de financiación.
Todo en una jornada en la que se conoció que Alemania lideró en 2010 la recuperación de los países industrializados con un avance de su economía del 3,6 % con respecto al año anterior y con la resaca del anuncio de que Japón comprará deuda europea y el Banco Central Europeo ha hecho lo propio en estos últimos días con la de Portugal, Irlanda y Grecia. EFE