Santo Domingo, 18 ene (EFE).- La temporada de avistamiento de ballenas jorobadas, que cada año atrae a miles de turistas en la República Dominicana, comenzó en las aguas de la Bahía de Samaná, en el noreste del país, y en esta ocasión podrán observarse desde tierra, informó hoy el Ministerio de Medio Ambiente.
Dicha cartera abrió ayer el Centro de Observación Terrestre de Ballenas en Punta Balandra, en la provincia de Samaná, lugar que servirá de avistamiento y observación de los cetáceos que llegan cada año a la zona desde Islandia, Groenlandia, Canadá y la costa norte de Estados Unidos para aparearse y dar a luz.
Con la inauguración del mencionado centro dominicanos y extranjeros podrán observar las ballenas jorobadas sin la necesidad de abordar una embarcación, indicó Medio Ambiente en un comunicado.
La temporada de observación de ballenas se extenderá hasta el 30 de marzo, agregó la fuente, que precisó que esta es una de las actividades económicas más importante para Samaná y toda la costa Atlántica del país, debido a que en ella se involucran propietarios de embarcaciones, hoteleros y el comercio informal.
En los meses de la primavera, verano y otoño, las ballenas jorobadas viven en las aguas frías del Atlántico Norte, y en invierno, inician una larga travesía hacia los mares del trópico para reproducirse y luego retornar a su zona de alimentación.
Estos mamíferos marinos miden alrededor de 15 metros y su nombre se debe a la forma de joroba que a menudo presentan en la base de la aleta dorsal.
En diciembre pasado Greenpeace instó al Gobierno dominicano a combatir la caza de la ballena jorobada, la cual fue autorizada en junio por la Comisión Ballenera Internacional tras 20 años de prohibición.
El coordinador de la campaña de océanos de la organización ecologista en América Latina, Milko Schvartzman, explicó entonces que el país caribeño se adhirió en 2009 a la Comisión Ballenera, pero no ha satisfecho la cuota anual que le otorga voz y voto en las reuniones de este organismo.
El impago de esta cantidad, de algo más de 10.000 dólares, impidió a República Dominicana oponerse con su voto a la concesión de una cuota de caza anual de nueve ballenas jorobadas a Groenlandia por tres años, aprobada en la reunión que celebró en junio en Agadir (Marruecos) la Comisión Ballenera Internacional.
La caza de ballenas jorobadas con fines comerciales estaba prohibida desde 1966 y la que se practicaba con fines de subsistencia desde 1986 pero, en la reunión de Marruecos, Dinamarca logró autorización para cazarlas para la subsistencia de comunidades de Groenlandia. EFE