Bruselas, 10 jul (EFE).- El segundo plan de rescate de Grecia se encuentra encallado y prácticamente en el punto de partida ante la falta de avances, consenso y claridad sobre la participación del sector privado, un problema que los ministros de Finanzas de la Eurozona tratarán de resolver el lunes en la reunión del Eurogrupo.
Una serie de reuniones entre representantes de la Unión Europea (UE), el Banco Central Europeo (BCE), el Gobierno griego y las principales entidades financieras tenedoras de deuda griega bajo el paraguas del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) en Italia y Francia no han producido aún resultados tangibles.
La Comisión Europea ha minimizado la falta de avances con el argumento de que las citas no debían sacar ninguna conclusión, pero cada vez queda más claro que hay dudas y posiciones divergentes en la UE sobre el modelo a seguir para implicar a la banca.
El objetivo es que bancos, fondos de pensiones y aseguradoras aporten 30.000 millones de euros al segundo rescate de unos 110.000 millones. El resto provendrá de privatizaciones (30.000 millones) y de la UE y del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El nuevo rescate debería cubrir las necesidades financieras de Grecia hasta finales de 2014 e incluir los 45.000 millones de euros que aún le queda del primer plan, según las fuentes.
Un diplomático de la Eurozona indicó el viernes que la aportación privada podría ascender al final solo a la mitad, a 15.000 millones, aunque consideró un éxito si así fuera: "15.000 millones de 110.000 millones no está nada mal", señaló.
El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet dijo el jueves que "uno no puede suponer que es normal ... tener algún tipo de implicación del sector privado". Reiteró así que no aceptará ninguna propuesta que provoque una calificación de incumplimiento crediticio o de impago, ya sea selectivo o no, una opinión que es compartida, en general, en la Eurozona.
Pero el ministro holandés de Finanzas, Jan Kees de Jager opinó en una entrevista que la participación voluntaria "no es realista" y abogó por una contribución obligatoria.
"Debemos aceptar que una contribución voluntaria no es realista", declaró. "Si una contribución obligatoria lleva a un incidente de calificación (hasta el nivel de suspensión de pagos) breve y aislado, no es tan malo".
La agencia de calificación de riesgos Standard & Poor's ha advertido de que considerará un "impago selectivo" de la deuda de Grecia en caso de que salga adelante el modelo francés, que prevé que la banca reinverta el 70 % de los títulos que venzan en los próximos tres años: el 50 % serviría para adquirir nuevas obligaciones a 30 años y el 20 % restante alimentaría un fondo de inversión en activos de gran calidad, dedicado a avalar los nuevos préstamos griegos.
En Berlín, el portavoz del Ministerio de Finanzas, Martin Kotthaus, dijo que si el modelo francés "tiene también este problema entonces bien podemos volver al modelo que propusimos nosotros", uno más agresivo y que sería rechazado igualmente por las agencias.
Alemania ha defendido una prórroga de siete años en los vencimientos de los bonos griegos.
El IIF ha dicho que se analizan varias opciones, incluida la de refinanciar o extender los vencimientos de la deuda griega y la posibilidad de una recompra de deuda.
Los ministros de Finanzas de la zona euro trabajarán mañana en la definición de las modalidades y condiciones, pero fuentes diplomáticas han reconocido que las conversaciones probablemente continuarán hasta septiembre.
El martes se sumarán a las discusiones los ministros de Finanzas de los demás países de la UE. Uno de los principales puntos de la agenda del Ecofin es acordar la respuesta de los gobiernos a los resultados de las pruebas de solvencia de la banca que se publicarán el 15 de julio y las medidas de "cortafuego" que aplicarán. EFE