Naciones Unidas, 23 nov (EFE).- Unos 3.000 millones de personas,
casi la mitad de la población del planeta, carece de fuentes de
energía modernas para calentarse y cocinar, mientras que cerca de
una de cada cuatro ni siquiera tienen luz eléctrica, denuncia un
informe de la ONU sobre recursos energéticos difundido hoy.
El estudio, elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD), resalta las enormes dificultades que afrontan los
países en desarrollo en materia energética, además del impacto en la
salud y el medioambiente de prácticas como la quema de leña o carbón
en los hogares más pobres del mundo.
El acceso a fuentes de energía modernas como el gas, el petróleo
o la electricidad varía según el país, aunque en general las
carencias en esta materia se concentran en los países en desarrollo
más pobres y, particularmente, en el África subsahariana.
El director de Política de Desarrollo del PNUD, Olav Kjorven,
resaltó hoy que la universalización del acceso a la electricidad y a
las fuentes de energía moderna tiene que formar parte del futuro
acuerdo global para combatir el cambio climático que se negociará el
mes que viene en la cumbre de Copenhague.
"Si el acceso a las energías modernas no forma parte de ello, no
funcionará", advirtió durante la presentación del informe el
representante de la agencia de desarrollo de Naciones Unidas.
El 74 por ciento de los subsaharianos, el equivalente a unos 560
millones de personas, vive sin luz eléctrica en sus hogares y 625
millones dependen de la leña o el carbón para cocinar o combatir el
frío, según el PNUD.
En cambio, en regiones pobres más desarrolladas, como el este de
Asia y el Pacífico, el acceso a la electricidad está mucho más
extendido, aunque 1.100 millones de personas aún deben recurrir a
combustibles primitivos para encender los fogones.
En la gran mayoría de los países latinoamericanos y del Caribe la
proporción de gente que vive sin electricidad se ha reducido hasta
ser inferior al 25%, con la excepción de Haití, Honduras y
Nicaragua.
Al problema del acceso a fuentes de energía modernas se agrega
que buena parte de esos hogares cuentan con cocinas rudimentarias,
que suelen ser poco eficientes y causan gran cantidad de humo, una
situación particularmente común en el mundo rural.
El informe advierte de que el humo causado por la quema en el
hogar de combustibles como carbón o leña, junto a la ausencia de
equipos de cocina modernos y ventilación adecuada, es el origen de
numerosas afecciones respiratorias.
Unos dos millones de muertes anuales por enfermedades como
neumonía, cáncer de pulmón y otras patologías respiratorias se
asocian a la inhalación del humo producido por la quema de
combustibles sólidos, asegura el estudio, que advierte de que los
más afectados suelen ser niños y mujeres.
El 44% de los fallecidos cada año a causa de estas dolencias son
menores de edad, mientras que el 60% de los adultos son mujeres,
detalla el informe.
"Ante el enorme impacto de estas enfermedades en los países menos
desarrollados", los responsables del estudio aseguran que "una mayor
actuación en materia de energía doméstica tendría consecuencias muy
positivas en el ámbito de la salud de las poblaciones afectadas".
Otro efecto nocivo de la dependencia del carbón y la leña que se
debe tener en cuenta es la emisión de gases contaminantes que genera
su combustión.
El informe del PNUD alerta que es "indispensable" una mejora en
la situación del consumo energético doméstico en los países en
desarrollo si se aspira a cumplir la meta de los Objetivos de
Desarrollo del Milenio (ODM) fijados por la ONU de reducir a la
mitad la pobreza mundial en relación a los niveles de 1990.
Concretamente, calcula que para lograr esa meta, unos 1.200
millones de personas deberían lograr acceso a luz eléctrica y 1.900
millones abandonar los combustibles sólidos por otros menos dañinos.
"Los países en desarrollo van muy atrasados respecto a la
universalización del suministro eléctrico, ya sea para cumplir sus
metas nacionales o para alcanzar los ODM", afirma el documento.
En ese contexto, destaca que la mitad de los Gobiernos de los
países en desarrollo se han comprometido a alcanzar metas concretas
en la ampliación del acceso a la electricidad entre sus respectivas
poblaciones, pero muy pocos lo han hecho respecto al uso de
combustibles sólidos en la cocina o como calefacción. EFE
jju/mgl/acb
(Con audio e infografía)