Berlín, 16 oct (EFE).- La Unión de la canciller alemana, Angela
Merkel, y los liberales entraron hoy en la fase clave para la futura
coalición de gobierno, ante la incertidumbre por los síntomas de un
"nuevo despegue" económico y el realismo impuesto por un aumento del
desempleo que lejos de amainar se agravará en 2010.
La economía experimentará un alivio el próximo año, el retroceso
este 2009 será "menos fuerte" de lo temido, pero el aumento del paro
obliga a observar prudencia, resumió el ministro de Economía,
Karl-Theodor zu Guttenberg, al presentar los nuevos pronósticos
coyunturales, base de trabajo en las negociaciones de coalición.
Todo apunta a la exportación volverá a funcionar como el "motor"
por excelencia de la economía alemana, añadió, y se producirá el
"nuevo despegue", dijo. Pero se trata de pronósticos que deben
tomarse como lo que son, previsiones que aún pueden alterarse, dada
la "frágil situación" de la economía internacional.
Sus pronósticos coinciden casi al milímetro con los de los
principales institutos económicos, publicados ayer, y prevén que la
contracción del Producto Interior Bruto (PIB) este año será
finalmente del 5 por ciento -"de todos modos, el peor resultado
desde la posguerra", admitió- en lugar del 6 por ciento estimado la
pasada primavera.
Para 2010 se volverá a la zona del crecimiento, con un 1,2 por
cierto, lo que a su vez es un alivio mayor del anteriormente
pronosticado 0,5 por ciento.
Sin embargo, el desempleo afectará a unas 640.000 personas más,
de manera que de la media de 3,5 millones de parados con que se
cerrará el presente año -un incremento de 160.000- se saltará al
siguiente a los 4,1 millones.
Guttenberg da por disipado el peligro de llegar a los cinco
millones de desempleados, como se llegó a considerar. Pero esta
claro que tales cifras "obligan a la prudencia".
El ministro de Economía, de la Unión Socialcristiano de Baviera
(CSU), hizo coincidir la publicación de estos datos con un momento
estratégico para la formación del nuevo gobierno de Merkel.
Tras casi dos semanas de negociaciones, abiertas una semana
después de la victoria de Merkel en las generales del 27 de
septiembre, la Unión y el Partido Liberal (FDP) siguen sin resolver
su disenso en materia de rebajas fiscales.
De las reuniones en grupos de trabajo se pasó este viernes a una
ronda global dicha clave para delimitar contenidos y reparto de
carteras, con vistas a presentar el nuevo equipo el próximo 23.
Durante todo el fin de semana, los nueve representantes de cada
una de las formaciones -con sus respectivos presidentes, Merkel para
la CDU, Horst Seehofer para la CSU y Guido Westerwelle, para el FDP-
estarán encerrados en cónclave a busca de resultados concretos.
La Unión abrió la ronda hoy con el anuncio de una oferta mejorada
acorde a las ambiciones de una rebaja fiscal sensible del FDP.
De los 15.000 millones de euros de descarga impositiva que hasta
ahora planteaban las filas de Merkel como posibles, dada la
situación de las arcas públicas, se ha saltado a 20.000 millones.
El objetivo del FDP es una descarga de 35.000 millones de euros,
a ser posible perceptible ya desde el próximo año. Por el momento,
todo lo que hay es cierto consenso respecto a aliviar los impuestos
sobre empresas, herencias y consumo energético a partir de 2010.
Al disenso fiscal se suman las diferencias en el ámbito de la
sanidad pública -donde el FDP pretende aplicar recortes- y la
política de seguridad.
Los únicos acuerdos destacables fueron el relativo a replantear
el calendario de cierre de las plantas nucleares más seguras
-aspiración compartida de entrada por ambas partes-, así como una
mejora en las prestaciones a los desempleados crónicos.
Según el calendario avanzado por los medios, de concretarse
equipo hasta el día 23, el fin de semana siguiente se buscaría su
ratificación en sendos congresos por la CDU/CSU y el FDP.
La única fecha vinculante es la de la constitución del Bundestag
(Parlamento), el 27 de octubre, pero si todo va de acuerdo al
programa, el día 28 Merkel se sometería a su elección por la cámara.
Sea en esa fecha, o en una posterior, Merkel quiere poder
presentarse al frente del nuevo gobierno a más tardar el 9 de
noviembre, en que recibirá en Berlín a líderes de todo el mundo en
ocasión del vigésimo aniversario de la caída del Muro.
El camino no es tan fácil, vistas las ambiciones del FDP, que no
se conforma con recuperar su antigua posición de socio de gobierno,
sino que quiere dejar clara su impronta en el pacto de coalición.
Merkel fue reelegida con un 33,8 por ciento -el peor resultado de
la CDU/CSU desde los años 50- y quedó en disposición de gobernar con
el FDP gracias al auge de los liberales, con un 14,6 por ciento. EFE
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