Río de Janeiro, 30 oct (EFE).- El Gobierno de Brasil aprobó hoy
para el próximo 21 de diciembre la licitación de la central
hidroeléctrica de Belo Monte, que con una potencia de 11.233
megavatios será la segunda mayor del país después de la de Itaipú.
La central será construida en el río Xingú, en plena selva
amazónica, y será la mayor hidroeléctrica enteramente brasileña,
puesto que Paraguay comparte al cincuenta por ciento la gestión de
Itaipú, actualmente la mayor hidroeléctrica del mundo en
funcionamiento con 14.000 megavatios de capacidad.
La estatal Agencia Nacional de Energía Eléctrica (Aneel) será la
encargada de publicar la licitación y elaborar el contrato de
comercialización de energía, que durará treinta años a partir del
comienzo del suministro, marcado para 2014.
Según las directrices del ministerio de Energía, el consorcio
ganador deberá destinar un mínimo del 90% de la energía al mercado
regulado o un 70% en el caso de que esté participado por productores
independientes que adquieran un mínimo del 10% de la energía
generada por la central.
Los estudios de la Aneel indican que la obra exigirá inversiones
por cerca de 16.000 millones de reales (unos 9.100 millones de
dólares) y cuando funcione a plena capacidad, generará un 11% del
total de la potencia instalada en Brasil.
La central de Belo Monte es un antiguo proyecto, diseñado en la
década de los setenta, que tuvo que paralizarse por la oposición de
grupos ecologistas e indigenistas, que rechazaban una obra de
enormes dimensiones en el corazón de la selva amazónica.
A pesar de las numerosas reformas en el proyecto inicial para
reducir el impacto, la represa inundará un área selvática de cerca
de 440 kilómetros cuadrados, lo que afectará directa e
indirectamente a 66 municipios y once tierras indígenas.
Algunas tribus han protestado recientemente contra la postura de
la estatal Fundación Nacional del Indio (Funai), que dio su parecer
favorable a la obra, y contra el ministro de Minas y Energía, Edison
Lobão, por sentirse aludidos cuando éste reclamó de la existencia de
"fuerzas demoníacas" que obstaculizan grandes obras energéticas.
En mayo de 2008, un grupo de indígenas atacó e hirió a machetazos
al ingeniero Paulo Fernando Rezende, de la estatal Eletrobras,
durante un seminario ofrecido a las comunidades ribereñas del Xingú
para explicar los impactos de esta represa. EFE