Londres, 15 jun (EFE).- Las ventas de vino en el Reino Unido
cayeron el año pasado por primera vez desde 1995, según Mintel,
organismo especializado en investigaciones de mercado.
En volumen, los británicos compraron 1.160 millones de litros de
vino en 2008 frente a 1.180 millones, el año anterior, lo que
representa una caída del 2 por ciento o 17 millones menos de
botellas.
La facturación total cayó un 1 por ciento hasta 9.600 millones de
libras (11.300 millones de euros al cambio actual), según Mintel.
Las ventas de vino tinto y blanco cayeron, pero más británicos
optaron por el rosado, que se ha convertido en una bebida popular en
verano.
Hasta el año pasado, las ventas de vino habían venido subiendo a
un ritmo de entorno al 5 por ciento al año.
Mintel prevé que el consumo de vino seguirá cayendo al menos
hasta 2011 y sólo en 2014 recuperará los niveles de 2007.
La caída del consumo obedece tanto a una mayor preocupación de
los británicos por los efectos del alcohol sobre la salud como al
incremento de los impuestos que gravan el vino.
Éstos han aumentando un 21 por ciento en un solo año y está
prevista una nueva subida.
Según Jeremy Beadles, director ejecutivo de la Wine and Spirit
Trade Association, muchos británicos están comprando una sola
botella de vino a la semana en lugar de dos, como antes, o incluso
han renunciado totalmente a esa bebida.
Las estadísticas apuntan a que la mayor caída corresponde a la
categoría de vinos más baratos: de 3 a 4 libras (3.54 a 4.72 euros).
A largo plazo, señala Beatles, los productores podrían
interesarse más por los mercados emergentes como China, la India,
Rusia y el Este de Europa, lo que puede llevar a una peor ofertad de
vinos de calidad en el Reino Unido.
Según algunos expertos, parte del problema radica en el hecho de
que los consumidores británicos se fijan mucho en el precio y
pretenden a veces comprar tres botellas por sólo diez libras (11,4
euros), precio que no garantiza calidad en el Reino Unido. EFE