Por Ian Ransom
KAZAN, Rusia (Reuters) - La marcha de Irán, una de las selecciones que mostró menor peso ofensivo en el Mundial, será un alivio para los rivales que podrían haberse enfrentado a ella en las rondas de eliminación directa en la Copa del Mundo.
Irán se despidió el lunes con un empate 1-1 ante Portugal, con una afición desanimada después de que Mehdi Taremi desperdiciara una clara oportunidad de marcar gol al final del partido que habría permitido al equipo clasificarse en octavos de final por primera vez en su historia.
Su entrenador portugués Carlos Queiroz, un autodenominado "mal perdedor", se indignó por el resultado, con quejas al arbitraje y un renovado ataque al sistema VAR que dijo había dejado sin castigo a Cristiano Ronaldo por un codazo en la cara.
Una vez se calmen los ánimos, Queiroz e Irán se sentirán enormemente orgullosos de sus logros, que incluyeron su primera victoria en la Copa del Mundo en 20 años a pesar de formar parte de uno de los grupos más duros del torneo.
Pocos creyeron en sus posibilidades de llegar a octavos de final en un grupo que también incluía a España y Marruecos. Además, sus preparativos se vieron interrumpidos por problemas políticos, con Nike (NYSE:NKE) negándose a proveerles zapatos ante las preocupaciones de que violaría sanciones de Estados Unidos.
La capacidad de Irán para anular el ataque de las potencias ibéricas puede ser tomada en cuenta por los equipos que permanecen en el torneo.
Marruecos no pudo encontrar la manera de atravesar la valla del equipo persa en la derrota 1-0 de la primera jornada y España tampoco lo había logrado hasta que Diego Costa marcó como resultado de un despeje de un rival que dio en su rodilla para que el balón cruzara la meta mansamente.
Mientras tanto, Portugal necesitó un golazo de media distancia de Ricardo Quaresma para darle la ventaja el lunes.
El portero iraní Alireza Beiranvand, quien durmió en las calles de Teherán cuando era niño y perseguía su sueño de ser futbolista, no pudo hacer nada para impedir esos goles. Pero deja Rusia con una gran imagen tras parar el penalti de Cristiano Ronaldo, su punto cúlmine en un gran torneo.
Sin embargo, los problemas de Irán estaban en el otro extremo, donde el espíritu de equipo y la tenacidad no fueron suficientes para marcar goles.
Lejos de haber hecho una mala jugada, crearon suficientes oportunidades para marcar pero se vieron decepcionados en repetidas ocasiones por una combinación de mala suerte y remates débiles.
Irán se va de Rusia con aclamaciones pero también con incertidumbre sobre su futuro, ya que Queiroz dejará su puesto después de siete años al cargo.
Para el maestro táctico, uno de sus mejores golpes fue forjar una unidad entre jugadores de diversos orígenes y construir un equipo lo suficientemente fuerte como para resistir los desafíos políticos y económicos de jugar al fútbol en Irán.
A su sustituto, ese rompecabezas puede resultarle extremadamente difícil de resolver.