Santiago de Chile, 15 jul (EFE).- La crisis económica mundial no
sumirá a América Latina en una nueva "década perdida", como ocurrió
en los años ochenta, pero tampoco será una década aprovechada,
advirtió hoy la Cepal durante la presentación de su "Estudio
Económico de América Latina y el Caribe 2008-2009".
"En América Latina se apagaron los motores del crecimiento y se
han encendido los motores de emergencia", señaló en conferencia de
prensa la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América
Latina y el Caribe (Cepal), Alicia Bárcena.
La crisis interrumpió un proceso de seis años consecutivos de
crecimiento y mejora de los indicadores sociales, "y aunque ya hay
indicios de que lo peor ya pasó, la recuperación será lenta",
advirtió la responsable de este organismo de las Naciones Unidas.
El estallido tomó a América Latina mejor preparada que en el
pasado, con fortaleza macroeconómica, acceso a la financiación
externa, aumento del comercio y mejora de los términos de
intercambio.
Además, en el periodo 2003-2008, el Producto Interno Bruto (PIB)
per capita aumentó un 3%, el desempleo bajó del 11% al 7,5%, la
pobreza pasó del 44% al 34%, y América Latina acumuló 500.000
millones de dólares, el mayor volumen de reservas internacionales de
su historia.
"Fíjense en todo lo que ganamos. Mucho de esto se va a perder",
se lamentó la secretaría ejecutiva de la Cepal, que pronosticó para
este año una caída del 1,9% en la actividad económica de la región.
Señaló que "prácticamente todos los países van a reducir su ritmo
de crecimiento", especialmente México, "el país más afectado", con
un retroceso del 7%, frente a Brasil, Chile y Perú, "que serán los
primeros que empiecen una recuperación pronta", agregó.
La crisis se traduce en un desempleo del 9% (3,4 millones más de
desocupados), la caída del comercio (un 38% en volumen y un 21% en
valor) y la disminución de 46.000 millones en las reservas
internacionales.
Además, las remesas de los emigrantes latinoamericanos se
reducirán entre un 5% y un 10%, hay escasez de crédito y volatilidad
en los tipos de cambio, y la inversión extranjera directa caerá un
40%.
"Todo esto tendrá un impacto negativo sobre la pobreza en una
región en la que aún hay más de 180 millones de pobres y más 70
millones de indigentes", advirtió.
La Cepal estima una tímida recuperación en 2010 y no prevé que
este año haya problemas financieros en la región, pero precisó que
"podrían aparecer en el futuro si la normalización de los mercados
se demora".
Sostiene que los organismos financieros internacionales deben
aumentar su capacidad para financiar políticas contracíclicas, toda
vez que la región tiene margen para endeudarse.
Estos recursos deben llegar en condiciones adecuadas de plazo y
costo, especialmente para los países más vulnerables, ya que esto
permitiría costear políticas públicas para frenar un deterioro que
dejaría secuelas económicas, sociales y políticas difíciles de
revertir, enfatizó la Cepal.
El país que ha tenido una política más activa para reaccionar
ante la crisis ha sido Brasil, que ha destinado el equivalente al
8,5% de su PIB, seguida de Argentina, con el 6%.
Estos dos países y Chile (que ha aportado el 2,8%) han combinado
programas de inversión pública y de estímulo fiscal, a diferencia de
Colombia, México y Perú, que sólo han aplicado programas de aumento
del gasto.
Según el análisis de la Cepal, la crisis también arroja
incertidumbre sobre el impacto medioambiental, el aumento del
desempleo, la precariedad laboral, la pobreza y la fragilidad de las
democracias.
Más allá de la coyuntura, "la región necesita retomar la senda
del crecimiento a tasas acordes con las necesidades sociales",
recalcó la secretaria ejecutiva.
"Hacen falta recursos para el financiamiento de estas políticas,
y fortalecer a los Estados para que puedan llevarlas adelante",
concluyó Bárcena. EFE
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