Moscú, 11 nov (EFE).- El primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, se manifestó hoy contrario a limitar las ventas de divisas en Rusia por la fuerte caída del rublo ruso a raíz de las sanciones occidentales por la crisis ucraniana.
"Quisiera declarar con toda la responsabilidad que la postura del Gobierno y del Banco Central es absolutamente clara: no debe haber ninguna limitación de venta de divisas", dijo el jefe del Gabinete al abrir una sesión del Gobierno, según las agencias rusas.
Medvédev achacó parte de la responsabilidad por la depreciación del rublo a los especuladores en la bolsa, al tiempo que reiteró el argumento que esgrimen las autoridades sobre que la divisa rusa "está infravalorada".
"Últimamente hemos observado bruscas oscilaciones del rublo. Todos los analistas admiten que el rublo está infravalorado de forma considerable y a eso contribuyeron también los inversores hostiles", dijo.
Agregó que "como resultado, la gente corriente, que está alejada del negocio bursátil, acude a las casas de cambio (para comprar dólares y euros)".
"Desde luego, se entiende su deseo de asegurar sus ahorros, sobre todo considerando los rumores de que se tomen medidas de control de divisas adicionales y se limite la circulación de capitales", añadió.
Pero agregó que "no hay ninguna base" para estos temores, pues las actuales reservas de oro y divisas rusas, así como la situación macroeconómica en general, permiten evitar la introducción de dichas medidas.
El Banco Central de Rusia (BCR) anunció la semana pasada que limitará su intervención en el mercado interno de divisas a 350 millones de dólares diarios.
Anteriormente, el BCR efectuaba intervenciones (compra o venta de divisas) ilimitadas en caso de que en el mercado el valor en rublos de una cesta de dos monedas (dólar y euro) no se ajustase a una banda establecida por la entidad reguladora.
En lo que va de año, el rublo se ha depreciado el 29 por ciento frente a la divisa estadounidense, proceso que se ha acentuado en los últimos meses debido a la caída del precio del petróleo y las sanciones occidentales contra Rusia por su implicación en la crisis ucraniana.