César Muñoz Acebes
Washington, 4 jun (EFE).- Las autoridades estadounidenses
acusaron hoy de fraude a Angelo Mozilo, ex jefe de la compañía
hipotecaria Countrywide y uno de los hombres que alimentaron los
excesos de la burbuja inmobiliaria de su país.
La Comisión del Mercado de Valores (SEC, por su sigla en inglés)
presentó hoy una demanda contra Mozilo por engañar a los inversores
sobre la situación de la compañía y por abuso de información
privilegiada.
También serán procesados David Sambol, el ex jefe de operaciones,
y Eric Sieracki, el antiguo director financiero. David Siegel, el
abogado de Mozilo, ha negado las alegaciones contra su cliente.
Countrywide, que llegó a ser la mayor empresa hipotecaria del
país, es una de las compañías consideradas responsables de la crisis
financiera estadounidense y mundial, pues extendió préstamos
hipotecarios a personas que no se los podían permitir.
Muchos de esos créditos fueron agrupados en títulos bursátiles
(algo que se conoce como titulación en el argot financiero) y
vendidos en Estados Unidos y Europa.
La caída de los precios de la vivienda y el salto de la morosidad
los convirtieron en los famosos papeles "tóxicos" que aún emponzoñan
el sistema financiero.
Mozilo conocía la peligrosidad de esos préstamos y él mismo los
denominó "tóxicos" en un correo electrónico a Sambol en abril de
2006 que divulgó hoy la SEC.
"Estamos ciegos sobre cómo estos préstamos se comportarán en un
entorno difícil de alto desempleo, valores inmobiliarios reducidos y
una ralentización de las ventas de viviendas", confesó en septiembre
de ese año Mozilo a Sambol.
Pero de cara al público las declaraciones eran muy distintas. Los
tres ejecutivos afirmaban que Countrywide era una empresa que
extendía créditos hipotecarios principalmente a prestatarios con una
buena situación económica y llegaron a criticar la laxitud de sus
competidores, según la demanda de la SEC.
Detrás de las bambalinas, Countrywide entró de lleno en el
negocio de los famosos préstamos "subprime", que otorgó a personas
sin exigir comprobantes de ingresos ni el pago de una entrada.
También adoptó una estrategia "de supermercado", según la bautizó
la propia empresa, para igualar cualquier oferta de sus
competidores.
Mozilo reconoció internamente que había pruebas incluso de que
los prestatarios mentían en las solicitudes, pero no lo reveló a la
SEC.
"Tomó una decisión deliberada de engañar a los inversores",
afirmó en una rueda de prensa Robert Khuzami, director del
departamento de investigaciones de la SEC.
La divulgación de la calidad real de los préstamos de Countrywide
habría hundido el valor de sus acciones.
El resultado de su estrategia fue un incremento extraordinario de
su volumen de créditos, que pasó de 62.000 millones de dólares en el
2000 a 463.000 millones en el 2006, y un deterioro de su calidad.
Con el estallido de la burbuja inmobiliaria, Countrywide rondó la
bancarrota y finalmente fue absorbido por Bank of America en el
2008.
En lugar de decir la verdad a los accionistas para que
protegieran su inversión, Mozilo se ocupó de su propio dinero, pues
sabía que la mala calidad de los préstamos golpearía a la empresa,
de acuerdo con las autoridades estadounidenses.
Entre noviembre de 2006 y agosto de 2007, el ejecutivo vendió
acciones de Countrywide, que él cofundó en 1969, por valor de casi
140 millones de dólares, justo cuando el mercado inmobiliario había
iniciado su caída.
La SEC exige que devuelva ese dinero, pague multas por un valor
que Khuzami no precisó y se le prohíba formar parte de la dirección
de cualquier empresa.
Mozilo, de 70 años, es el ejecutivo de más peso contra el que ha
embestido la SEC por las irregularidades que avivaron la crisis
financiera.
La agencia también ha procesado a ex ejecutivos de American Home
Mortgage Investment Corporation, otra empresa hipotecaria, y el
banco de inversión Bear Stearns, ahora parte de JPMorgan Chase. EFE