Pedro Vega
Madrid, 4 jul (EFE).-La destrucción de 467.000 empleos en junio
en EE.UU., mucho más de lo esperado por los analistas, enfrió los
ánimos más optimistas sobre la recuperación de la primera economía
mundial y dinamitó los niveles cercanos a máximos anuales en el que
se habían instalado algunas de las principales plazas bursátiles.
Cuando todas las miradas escudriñan la economía estadounidense en
busca de síntomas de recuperación, los indicadores mantienen un
escenario de deterioro.
Además del paro, esta semana se conoció que el gasto en
construcción en EE.UU. bajó un 0,9 por ciento, mientras que el
sector manufacturero acumuló en junio 17 meses consecutivos de
contracción, aunque ahora a menor ritmo.
El sector inmobiliario también acusa la crisis y los precios de
la vivienda en las grandes ciudades de EE.UU. acumula ya un descenso
del 18 por ciento en lo que va de año.
Otra de las principales economías del mundo, el Reino Unido,
sufrió una contracción del 2,4 por ciento en el primer trimestre
respecto al último trimestre de 2008, bastante más de lo esperado, y
mucho menos de lo que estima el Gobierno ruso para su economía, un
8,5 por ciento, frente al 6 por ciento de la última previsión.
Muy lejos del comportamiento de China para la que Merril Lynch
pronostica un crecimiento económico del 7,6 por ciento para el
actual ejercicio.
En Fráncfort el consejo de Gobierno del Banco Central Europeo
celebró una reunión con poca historia en la que mantuvo los tipos de
interés de referencia en el uno por ciento.
Su presidente, el francés Jean Claude Trichet aseguró que el
descenso de los precios en la zona del euro es temporal y no se
trata de un proceso de deflación y situó el horizonte de la
recuperación económica en el 2011.
Trichet salía así al paso de las últimas estadísticas de Eurostat
que certificaron un descenso de los precios de un 0,1 por ciento en
junio cuando hace un año crecían a un ritmo del 4 por ciento.
En algunos países como Irlanda, Portugal, España y Luxemburgo el
descenso de los precios supera o se aproxima al uno por ciento,
mientras el consumo privado sigue una senda de contracción (-0,5% en
la Unión Europea en mayo).
En España, el notable descenso del paro en junio, -55.250
personas-, por segundo mes consecutivo ha dado un respiro al
Gobierno en una semana en la que ha continuado el goteo de malos
indicadores.
Para el Banco de España, no obstante, la economía está frenando
el fuerte ritmo de deterioro que mostraba hace unos meses y destaca
como elementos positivos la mayor confianza de las familias en la
evolución económica y en su capacidad de ahorro, y la mejora de la
construcción debido a las obras promovidas por los ayuntamientos a
través del Fondo Estatal de Inversión Local.
Pero los datos están ahí. La producción industrial disminuyó en
mayo por decimotercer mes consecutivo, un 20,5 por ciento respecto a
mayo de 2008, mientras que los beneficios de las empresas no
financiera cayó un 21,5 por ciento en el primer trimestre, frente al
descenso del 4,1 por ciento que mantenían un año antes, y el precio
de la vivienda sigue cayendo, el 7,6 por ciento en el primer
trimestre.
Los sectores de alimentación y farmacia son los que mejor
resisten la contracción de la economía, con descensos de la
producción del 2,7 y 4,8 por ciento respectivamente, mientras que en
el otro extremo se sitúan la fabricación de vehículos y otras
industrias extractivas con desplomes del 46,2 y 38,1 por ciento.
Las matriculaciones de vehículos en el mes de junio moderaron las
caídas de meses anteriores y descendieron "sólo" un 16 por ciento
debido a las ayudas directas a la compra de vehículos.
En este contexto, las familias hacen alarde de prudencia y el
ahorro de los hogares es la mayor en los últimos catorce años. En el
primer trimestre la tasa de ahorro sobre la renta disponible se
elevó al 7,9 por ciento, frente al 2,8 por ciento de un año antes.
EFE