Santo Domingo, 29 jul (EFE).- El empresariado dominicano criticó
hoy el uso que el Gobierno da a los recursos públicos, al considerar
que "el país se está endeudando no para invertir, si no para
gastar", y advirtió del aumento de la tensión social.
El presidente del Consejo Nacional de las Empresa Privada
(CONEP), Lizandro Macarrulla, dijo que en los últimos años el gasto
público ha cambiado "drásticamente" en su estructura.
El empresario puso como ejemplo que en 1990 la inversión pública
absorbía el 40 por ciento del gasto público, mientras que en 2007 se
situó por debajo del 20 por ciento.
Asimismo, explicó que en 1990 entre subsidios y deuda públicas
apenas se iba el 22 por ciento del gasto total, pero que en 2007
estas partidas sobrepasaban el 40 por ciento.
"Es decir, nos estamos endeudado no para invertir, si no para
gastar", argumentó Macarrulla, durante una conferencia en el
encuentro mensual de la Cámara Americana de Comercio del país.
Igualmente criticó que en la nación caribeña "solo se invierte
cuando se dispone de préstamos" situación que "ha elevado a niveles
nunca vistos la deuda pública, tanto interna como externa, lo que se
convierte en una amenaza para la estabilidad a la lago plazo".
"El clientelismo se traga todos los ingresos públicos", dijo.
"Hemos visto el caso insólito de endeudamiento externo para
financiar gastos corrientes", agregó.
En ese sentido propuso al Gobierno limitar el gasto corriente "a
su mínima, pero necesaria, expresión", así como mejorar los
servicios y la infraestructura con el objetivo de aumentar los
niveles de competitividad del país.
Macarrulla llamó la atención sobre la situación "progresiva" de
desesperanza y la pérdida de confianza que, según dijo, está
haciendo mella en la población dominicana.
Para el dirigente empresarial, dicha situación es "el principal
caldo de cultivo que origina la situación actual que se percibe" en
la República Dominicana, escenario en las últimas semanas de
violentas protestas por el costo de la vida y los constantes
apagones, que han dejado tres muertos y varios heridos.
"Lo que hay es un cansancio, pérdida de fe en la capacidad de
resolver los problemas de todos; creencia de que la función pública
cada vez sirve menos a los ciudadanos (...)", argumentó. EFE