Pekín, 20 ene (EFE).- El PIB de China crecerá en torno al 9 por
ciento en 2010, y la inflación en la tercera economía mundial
-camino de convertirse en la segunda- rondará el 3 por ciento a
finales de año, afirmó hoy el economista Zhu Baoliang, subdirector
del Departamento de Previsiones Económicas del Gobierno chino.
Según Zhu, el crecimiento en 2010 será más rápido que en 2009
"dado que las condiciones de la economía mundial son mucho mejores",
pero la velocidad "no deberá ser mucho mayor" para evitar presiones
inflacionarias o sobrecapacidad en ciertos sectores, opinó.
Zhu dijo en una rueda de prensa celebrada en Pekín que los
responsables de planificación económica nacional trabajan para
reajustar las políticas que se tomaron en 2009 para capear la
crisis, ya que éstas -centradas sobre todo en la inversión estatal-
entrañan graves riesgos de continuar como están.
El experto explicó que el crecimiento económico chino depende en
exceso de la inversión estatal (obras públicas, por ejemplo) y ello
conlleva problemas como "un sector privado todavía no recuperado de
la crisis" o "unos gobiernos locales que afrontan demasiada presión
local".
Zhu lanzó estas previsiones un día antes de que el Gobierno chino
publique los resultados económicos nacionales de 2009, con los que
se conocerá la cifra oficial de crecimiento del PIB del pasado año y
se sabrá si Pekín consiguió su objetivo de mantenerlo en torno al 8
por ciento.
Entre enero y septiembre de 2009, la cifra de crecimiento fue del
7,7 por ciento, según las anteriores estadísticas oficiales.
El economista subrayó hoy que el Gobierno cambiará ciertas
tendencias en su política de estímulo de la economía nacional, pese
a que se mantendrá el paquete de estímulo aprobado por Pekín para el
bienio 2009-2010 (medio billón de dólares).
En este sentido, subrayó Zhu, el Gobierno intentará reducir la
presencia de empresas estatales en sectores como el cultural, el
sanitario o el de las aguas, promocionando en ellos la llegada de
pequeñas y medianas empresas privadas.
Aunque continuará el monopolio o cuasi-monopolio de otros
sectores considerados estratégicos por el Gobierno, como el petróleo
o los ferrocarriles, puntualizó.
Otra novedad será, añadió, la aparición de políticas de fomento
de la urbanización, relajando el sistema de limitaciones a la
inmigración rural, con lo que se espera reducir la gran diferencia
de rentas entre campo y ciudad.
También "se debería aumentar la inversión en áreas de minorías
étnicas y pobres, como Xinjiang y el Tíbet", afirmó.
Zhu señaló, no obstante, que Pekín probablemente mantendrá su
política monetaria estable, impidiendo grandes oscilaciones entre la
moneda nacional, el yuan, y el dólar.
A principios de este año, otros expertos gubernamentales (del
Centro de Investigación del Desarrollo del Consejo de Estado)
señalaron que la economía china podría crecer un 9,5 por ciento este
año, medio punto por encima de las previsiones de Zhu.
Poco después, la también estatal Academia China de Ciencias
advirtió en un estudio que la economía nacional podría crecer hasta
un 16 por ciento en 2010 (lo que entrañaría graves riesgos de
sobrecalentamiento sectorial e inflación) si el Gobierno no corrige
sus políticas financieras y monetarias. EFE