Shanghái (China), 22 dic (EFE).- Las acciones de la Compañía de Automóviles Pangda, la cadena de concesionarios que cerró un acuerdo para comprar Saab, pero que finalmente no fue posible este lunes al declararse la firma sueca en quiebra, cayeron en la Bolsa de Shanghái tras confirmarse que la compra no tendría lugar.
Según recoge hoy el diario oficial "Shanghai Daily", Pangda anunció ayer en un comunicado que había tenido que retirar su oferta de compra de Saab, lo que provocó que sus acciones se desmoronaran en un sólo día un 7,4 por ciento.
Tanto Pangda como el grupo automovilístico también chino Youngman Lotus habían acordado en junio hacerse con el 24 y el 29,9 %, respectivamente, de la matriz de Saab, Swedish Automobile (SWAN), ahora en manos holandesas de la antigua Spyker Cars.
Tras una primera declaración de bancarrota, el 31 de octubre, SWAN llegó a un acuerdo con Youngman y Pangda para venderles Saab por 100 millones de euros, pero fue vetado hasta el último momento por General Motors (GM), propietaria de las licencias tecnológicas de la firma sueca, que vendió a los holandeses en 2009.
Para el gigante estadounidense era un riesgo comercial que esa tecnología pasara a manos de competidores chinos, cuyo país es uno de sus principales mercados y le ha servido en gran parte de tabla de salvación para sus cuentas mundiales en los últimos años, tras el estallido de la crisis financiera internacional.
La retirada oficial del acuerdo provocó que los inversores de Pangda en la Bolsa de Shanghái se retirasen en previsión de importantes pérdidas para la empresa tras sus intentos infructuosos de adquirir la fabricante sueca.
Pangda ya había adelantado 45 millones de euros en forma de financiación puente, y se había comprometido junto con Youngman a invertir en la firma 610 millones de euros a partir de 2012 que harían posible saldar sus deudas y continuar la historia de la compañía, creada en 1947.
En su comunicado Pangda anunció también que se preparará para reclamar sus derechos como uno de los deudores de Saab tras su quiebra, y que participará así en la liquidación de la firma.
A pesar del claro interés de las firmas chinas por adquirir tecnología extranjera, como hicieron los fabricantes SAIC y Nanjing Auto con la extinta marca británica MG Rover, que les permitió lanzar la marca de SAIC Roewe resucitando algunos de sus modelos, los analistas del país oriental ven lo ocurrido como una lección. EFE