Buenos Aires, 20 abr (.).- La escasez de dólares en Argentina, que arrastra fuertes desequilibrios económicos profundizados este año por la caída de las exportaciones agropecuarias por la sequía y la cercanía de las elecciones presidenciales, se reflejan en el tipo de cambio paralelo, que en lo que va de semana crece hasta un 10 %.
El tipo de cambio denominado 'blue' aumentó de 400 a 440 pesos en cuatro días para luego ceder a 434 pesos, como reflejo de un deterioro que se acelera, porque a una economía que le cuesta encontrar nuevas fuentes de divisas se le suman las diferencias internas en el seno del gobierno peronista, entre el presidente, Alberto Fernández, y el ministro de Economía, Sergio Massa.
El Ministerio de Economía difundió este jueves la foto de una reunión entre Fernández y Massa en la residencia presidencial de Olivos para descomprimir la incertidumbre política.
Posteriormente, en el foro Experiencia Idea Energía 2023, Massa reconoció que "las crisis recurrentes de Argentina se dan por faltantes de divisas".
Lo hizo en una jornada de alta tensión porque pese a haber lanzado una nueva versión de un tipo de cambio diferenciado para promover la liquidación de divisas para el complejo sojero, no está dando el resultado esperado y el Banco Central sigue perdiendo reservas.
"Los problemas en la economía no son políticos, son económicos", afirmó el analista Salvador Di Stéfano en su último reporte.
El economista explicó que la subida del tipo de cambio "está sustentada en la catástrofe climática", que reduce las exportaciones agropecuarias en un estimado de 20 mil millones de dólares, pero también en "la pésima administración del Estado que hace el gobierno" y la "falta de políticas que generen confianza".
Massa asumió como tercer ministro de Economía en julio pasado, tras la salida de Martín Guzmán y Silvina Batakis, en un momento que los propios dirigentes del oficialismo reconocen de fuerte debilidad del gobierno de Fernández.
Desde entonces la inflación trepó al 104,3 % anual en marzo pasado, continúa el deterioro del balance del Banco Central, con reservas netas en niveles mínimos.
Y si bien logró ciertas modificaciones en las condiciones del programa del Fondo Monetario Internacional (FMI) e intenta renegociar las metas debido a la sequía, que alcanzó niveles históricos, le cuesta encontrar fuentes de divisas suficientes.
Argentina tiene cerrado el mercado internacional de deuda, con un alto riesgo país en 2.617 puntos básicos, y un déficit fiscal que puede financiar en forma limitada en el mercado doméstico.
Para evitar la fuga de divisas, Argentina restringe el acceso al mercado oficial de cambios, pero las inconsistencias aparecen en la brecha con los paralelos, ya sea en el mercado bursátil (433,96 pesos) y en el mercado informal minorista (434 pesos) y el mayorista oficial (217,48 pesos).
Se suma la búsqueda de cobertura con la compra de dólares frente a los comicios presidenciales, que se celebran en octubre próximo, con propuestas para unificar los diferentes tipos de cambio o dolarizar la economía, que hace caer aún más la demanda de pesos argentinos.