Buenos Aires, 16 sep (EFE).- El Gobierno argentino se propone
apartar unos 7.500 millones de dólares de las reservas del Banco
Central para pagar deudas públicas en 2011, según el proyecto de
Presupuesto Nacional para el año próximo detallado hoy en el
Parlamento.
El proyecto gubernamental calcula que el producto interior bruto
(PIB) del país crezca el año próximo en un 4,3 por ciento, con una
inflación anual del 8,9 por ciento, entre otras metas que hacen
prever un duro debate parlamentario con la oposición.
La cotización del dólar, que actualmente oscila en 3,97 pesos,
fue fijada en 4,10 pesos, según datos provistos por el ministro de
Economía, Amado Boudou, en una exposición ante las comisiones
parlamentarias de Presupuesto y Hacienda.
Boudou destacó que el gasto en educación estará "por encima" del
equivalente al 6 por ciento del PIB, mientras que los pagos de
deudas públicas se situarán en el orden del 2 por ciento "casi a la
inversa de lo que sucedía allá por el año 2002", cuando Argentina
entró en cese de pagos al cabo de cuatro años de recesión.
Destacó que desde 2005 hubo un proceso de canje de bonos con el
que Argentina salió del mayor cese de pagos de la historia (unos
102.000 millones de dólares) con una aceptación "del 92 por ciento"
de los tenedores de títulos en mora y que el superávit del Tesoro
esperado para 2011 es de 12.000 millones de dólares.
El ministro dijo que en la pauta presupuestaria se incluyó un
artículo para la instrumentación del "Fondo de Desendeudamiento",
dotado el año próximo con 7.500 millones de dólares de las "reservas
excedentes" del Banco Central para pagar vencimientos de deudas.
El uso de reservas monetarias para pagar deudas públicas fue a
comienzos de este año el motivo de un conflicto que desembocó en la
destitución de Martín Redrado al frente del instituto monetario y de
una batalla judicial en medio de una áspera disputa con la
oposición.
"La creación del 'Fondo de Desendeudamiento' con reservas del
Banco Central da mucha certidumbre a la economía argentina en un
contexto internacional muy difícil", insistió Boudou.
También hizo hincapié en que "la carga de la deuda pública sobre
el PIB es cada vez menor" y subrayó que la "obra pública será uno de
los ejes de la presencia del Estado en todo el país".
La meta de crecimiento económico de 2011, cuando concluye el
mandato de la jefa del Estado, Cristina Fernández, contrasta con la
previsión oficial de que el PIB argentino crecerá este año entre el
8,9 y el 9 por ciento.
El ministro de Economía aseguró que Argentina "va a seguir
creciendo y generando puestos de trabajo" si se aprueba la pauta
presupuestaria oficial enviada anoche a la Cámara de Diputados,
donde las principales fuerzas de la oposición reúnen la mayoría y ya
han hecho críticas a la iniciativa.
La oposición objeta las estadísticas oficiales de inflación, en
tela de juicio desde comienzos de 2007 y que se sitúan muy por
debajo de los cálculos de consultoras y expertos privados.
También acusa al Gobierno de presupuestar niveles de crecimiento
económico y de recaudación de impuestos menores a los previsibles,
con lo cual quedan millonarios fondos excedentes cuya distribución
puede quedar fuera del control parlamentario.
Asimismo, pretende revisar millonarias partidas que solventan
subsidios al sector privado, entre otras objeciones.
El Presupuesto Nacional vigente fijó una pauta de crecimiento del
PIB del 2,5 por ciento y una inflación del 6,1 por ciento, niveles
que han sido superados tanto en cálculos oficiales como privados.
En los ocho primeros meses del año, la economía argentina acumuló
una inflación del 7,5 por ciento, la mitad de lo que calculan
consultoras privadas, que al igual que el Gobierno esperan que el
PIB crezca este año en alrededor del 9 por ciento. EFE