Ya ha quedado ampliamente en claro que China no podrá asumir en esta crisis el rol de economía compensadora de la caída en la actividad económica estadounidense. A pesar de ello, desde la economía oriental ya se está hablando de los efectos positivos que el plan de estímulo económico está teniendo ¿Tendrá ello alguna implicancia para la economía global?
El plan de estímulo económico lanzado por China en noviembre del año pasado por un monto estimado en US$ 586.000 millones fue como respuesta a los efectos que la crisis financiera internacional estaba teniendo sobre su economía, la cual había dejado ya muy lejos aquellas tasas de crecimiento económico de dos dígitos y comenzaba a desacelerarse peligrosamente.
El plan de estímulo del gobierno chino ha estado acompañado por los esfuerzos realizados por el Banco Popular de China que ha recortado sus tasas de interés en cinco ocasiones y bajado las exigencias de reservas cuatro veces desde el pasado mes de septiembre, mejorando las condiciones del mercado monetario para estimular el crecimiento vía la demanda interna.
Cuando se ven cifras como la mencionada en este plan de estímulo económico, no resulta tan claro identificar si el mismo tendrá un impacto significativo o no en la actividad económica del país. Según Zhang Yutai, presidente del centro gubernamental de investigación para el desarrollo este plan de reactivación, contribuirá entre 1,5% y 1,9% al crecimiento económico. Es verdad, este aporte al crecimiento no es menor, pero ¿Será suficiente? Por lo pronto, se debe decir que el esfuerzo no es menor, ya que el paquete de estímulo representa alrededor del 14,9% del PBI de China.
Fan Gang, miembro del Comité de Política Monetaria del Banco Central, justifica la eficacia esperada del plan de estímulo sobre la economía china de la siguiente manera: “El estímulo de 4 billones de yuanes de China es diferente al paquete de US$ 800.000 millones de los Estados Unidos, debido a que China no tiene hoyos negros financieros que cubrir. Todo el dinero irá para sectores reales y se convertirá en un tipo de demanda”.
Los datos económicos son implacables y muestran que la economía de China ya no tiene la fuerza de unos meses atrás. La desaceleración de la economía china, producto de la crisis financiera internacional que golpeara de lleno a su principal socio comercial es muy fuerte. El Banco Mundial volvió a revisar recientemente su previsión de crecimiento para China en 2009. El número que ahora manejan es del 6,5% (la proyección previa era del 7,5%), considerando incluso el efecto positivo del plan de estímulo económico. El FMI por su parte, espera que China crezca en 2009 un 6,7%.
De cumplirse los pronósticos del Banco Mundial y del FMI, China podría enfrentar serios problemas ya que la que para muchos países representaría una tasa extraordinaria de crecimiento, para la economía china resultaría insuficiente para absorber a la nueva población que se inserta en las urbes aumentando la inestabilidad social. China espera y necesita un crecimiento de su PBI de al menos un 8% para este año.
A pesar de las oscuras proyecciones de los organismos internacionales, en el gobierno oriental no existe lugar para el pesimismo. Desde el gobierno chino ya se está hablando de los efectos positivos del plan estímulo económico que ya se observan. ¿Será cierto o sólo una estrategia para conducir las expectativas? Según el presidente del Banco Popular de China, Zhou Xiaochuan, los principales indicadores macroeconómicos están apuntando ya hacia una recuperación del crecimiento como consecuencia de los efectos del mismo.
El dato de la producción industrial del mes de febrero en China, parece confirmar la reversión en la desaceleración. Según da cuenta el Ministerio de Industria y Tecnología Informática de China, la producción industrial registró un incremento interanual del 11% en el segundo mes del año, a pesar de la fuerte reducción observada en las ventas externas (que cayeron ni más ni menos que un 25,7% interanual en el segundo mes del año).
¿Seguirá desacelerándose la economía china o podrá revertir la tendencia?
Está claro que China tiene capacidad interna suficiente como para recuperar su crecimiento. La clave pasa por continuar reforzando su demanda interna. Si bien la misma contribuirá a atenuar la desaceleración de la demanda externa, seguramente resultará insuficiente para compensar completamente su caída.
Más allá de este panorama complicado que debe enfrentar China, lo positivo para su economía es que la misma reducirá de aquí en más su dependencia externa y de este modo, gradualmente, su demanda interna comenzará a tener una mayor ponderación dentro de la misma. Si se quiere, ésta es una consecuencia positiva de la crisis. Esta reducción de la dependencia externa estaría dentro de la estrategia a seguir por el gobierno chino.
¿Ayudará el crecimiento de la economía a atenuar el impacto de la crisis sobre la economía global?
La economía china se desacelerará este año en relación al 2008. No descarto que pueda alcanzar el 8% que el gobierno tiene como objetivo (sería subestimar el poder potencial de su demanda interna), pero seguramente no podrá superar dicho techo.
Por otra parte, este posible 8% no será de gran ayuda para atenuar los efectos de la crisis sobre la economía global. Ni aunque China volviera a crecer a una tasa de dos dígitos, ello serviría para el resto de las economías. Esto se debe no solamente al menor tamaño relativo de la economía china respecto a la estadounidense, sino que cada punto porcentual de crecimiento de la economía china tiene un componente muy superior de demanda interna (más ahora con el plan de estímulo económico), que el observado en la economía estadounidense.
China no podrá ayudar a atenuar los efectos de la crisis sobre la economía global. Nos tendremos que conformar con que alcance su objetivo de crecimiento del 8% que la ayude a sostener su estabilidad social.