Por Andre Paultre y Sarah Marsh
PUERTO PRÍNCIPE, 4 dic (Reuters) - Las protestas antigubernamentales en Haití están disminuyendo, con las escuelas y las empresas tratando de retomar sus actividades con normalidad ante el estancamiento político y un alza de la violencia en el país más pobre del hemisferio occidental.
Las manifestaciones comenzaron en septiembre contra el presidente Jovenel Moise por acusaciones de corrupción y mala gestión, paralizando a la nación de 11 millones de habitantes.
Los manifestantes han bloqueado carreteras y la red eléctrica ha colapsado, dejando gran parte de la isla a oscuras. Las pandillas se han beneficiado del caos para expandir los territorios en los que operan.
Los haitianos se han cansado del caos y la afluencia a las protestas se ha reducido a cientos de personas desde decenas de miles en el punto más álgido de la crisis. La oposición insiste en que el gobierno ha perdido el control del país.
Pese a todo, los intentos de retomar la normalidad han sido tentativos y precarios.
Los vendedores ambulantes han vuelto a vender sus productos, mientras que las escuelas volvieron a dar clases, aunque en horario reducido, mientras instan a sus alumnos a no usar uniformes para no enfurecer a la gente.
"Tenemos miedo a las represalias", dijo Rosette Romelus, directora de una escuela primaria y secundaria en Puerto Príncipe. "Los padres están estresados al igual que los alumnos (...) Cuando los padres escucharon disparos esta mañana, se llevaron a sus niños".
Una escuela secundaria para niñas cerca de allí volvió a abrir para dos cursos que preparaban exámenes. El ambiente era tenso, ya que se escucharon disparos a la distancia.
"Todavía no queremos aumentar el número de alumnos debido a la situación política", dijo Mackenson Bonhomme, miembro del personal administrativo. "No podemos garantizar la seguridad de los niños".
Hasta ahora, la policía solo ha podido desbloquear carreteras temporalmente, pero las barricadas persisten.
Algunas facciones de la oposición están convocando a una manifestación el jueves en la norteña ciudad de Gonaives y a una marcha el viernes en la capital rumbo a la embajada de Estados Unidos para exigir que Washington deje de respaldar al gobierno.
(Editado en español por Javier Leira)