La profundidad del deterioro de la confianza del consumidor argentino es evidente con sólo observar las cifras: el indicador se ubica actualmente en el 26,6%, observando una caída interanual del 33%.
La caída en la confianza del consumidor argentino se explica principalmente por la caída en las perspectivas laborales así como por las pobres expectativas de mejora salarial.
También el índice que mide la confianza de los ahorristas bajó en mayo un 4,6% con respecto al mes de abril y acumuló una baja del 28,1% en términos interanuales.
La caída en la confianza de los consumidores en Argentina se refleja en la demanda doméstica que observó una brusca desaceleración, llevando a la economía a una situación recesiva.
El escenario electoral resultará determinante para saber cómo puede evolucionar la misma luego del 28 de junio.