San Juan, 15 oct (EFE).- Los sindicatos puertorriqueños
detuvieron hoy parcialmente la actividad laboral del país con una
huelga general contra el despido de miles de empleados públicos que
el Gobierno advirtió de que no servirá para interrumpir sus planes.
La protesta es consecuencia del despido anunciado en septiembre
de más de 17.000 empleados públicos, medida que el gobernador Luis
Fortuño considera es la única vía para no cerrar por falta de fondos
el Gobierno antes de las próximas Navidades.
Fortuño, líder del Partido Nuevo Progresista (PNP), hizo además
aprobar la llamada Ley 7 para ahorrar 2.000 millones de dólares con
la pretensión de reducir el déficit fiscal de 3.200 millones de
dólares que heredó de la Administración precedente del gobernador
Aníbal Acevedo Vilá..
Varias manifestaciones por separado de los principales sindicatos
confluyeron hoy al mediodía en la Plaza Las Américas, el centro
comercial más grande del Caribe, en el distrito financiero de Hato
Rey, con la presencia de miles de trabajadores y estudiantes, sin
que la Policía ni organizadores dieran cifras de participación.
Los sindicatos se apuntaron una victoria con la no apertura de la
Plaza Las Américas, el icono del consumismo puertorriqueño, aunque
aeropuertos y muelles funcionaron con total normalidad.
Las empresas públicas permanecieron cerradas, aunque la mayoría
de las compañías privadas y el comercio optaron por abrir sus
puertas, a excepción de las situadas en el distrito financiero por
donde discurrieron las manifestaciones.
La Autoridad de los Puertos emitió un comunicado en el que apunta
que las principales infraestructuras del país registraron una
actividad normal, con el Aeropuerto Luis Muñoz Marín de San Juan que
mantuvo todas sus operaciones sin incidencias.
El presidente del Sindicato Puertorriqueño de Trabajadores (SPT)
-uno de los más importantes de la isla-, Roberto Pagán, dijo a Efe
que la huelga de hoy es la respuesta a una política de despidos
gubernamental que traerá graves consecuencias para la economía del
país.
Por su parte, el portavoz de la Coordinadora Sindical y del
Frente Amplio de Solidaridad y Lucha (FASyL), Luis Pedraza Leduc,
manifestó que la adhesión registrada hoy indica que se consiguieron
los objetivo marcados.
Pedraza Leduc destacó a Efe que ninguna compañía estatal abrió
sus puertas, con escuelas y la universidad cerradas, además de
contar con el apoyo de afiliados que trabajan en algunas empresas
del sector privado.
El sindicalista advirtió al Gobierno de que si no da marcha atrás
en su decisión de poner en la calle a 17.000 funcionarios será
convocada una huelga general indefinida, un paso que como predijo sí
paralizaría entonces la actividad económica de la isla caribeña.
Fortuño apeló hoy a la serenidad y pidió respeto para aquellos
que decidieron trabajar, tras lamentar el cierre de la Plaza Las
Américas, que como recordó emplea a 10.000 personas.
El número dos del Ejecutivo, el secretario de la Gobernación,
Marcos Rodriguez-Emma, fue por su parte más explícito al asegurar
que no habrá "marcha atrás en los despidos".
Precisamente, Rodríguez Emma lideró en la década de los noventa
la privatización de la red telefónica puertorriqueña, lo que provocó
el 7 de julio de 1998 una huelga general de dos días convocada por
más de sesenta organizaciones sindicales.
La protesta de hoy contó con el apoyo del colectivo de
estudiantes y de un amplio número de asociaciones sociales y
profesionales, en una jornada en la que la Policía informó que no se
registraron incidentes de consideración.
Puerto Rico atraviesa por su cuarto año consecutivo de crisis
económica, lo que ha elevado la tasa de desempleo al 16 por ciento
entre la población activa y provocado una nueva "ola" de inmigración
hacia los Estados Unidos. EFE
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