Washington, 20 abr (EFE).- Estados Unidos recuerda hoy el inicio del vertido de BP, el mayor desastre ecológico de su historia, con varios frentes aún abiertos en el Golfo de México y el mensaje del Gobierno de que no permitirá otra pesadilla similar.
El 20 de abril de 2010, las imágenes de la espectacular explosión y posterior colapso de la plataforma de BP "Deepwater Horizon" dieron la vuelta al mundo, desatando una catástrofe que acabaría con las vidas de once personas y liberaría al mar 4,9 millones de barriles de crudo a lo largo de tres meses.
Un año después, la economía de la zona, dependiente en gran medida de la pesca y el turismo, continúa sufriendo las consecuencias, que también han cambiado el medio ambiente del Golfo hasta límites que los científicos aún tardarán décadas en comprender.
La catástrofe resultó en una moratoria a las perforaciones petroleras en el Golfo, que se cerró el pasado octubre con la promesa del Gobierno de que la industria había aprendido la lección y de que los vagos mecanismos de regulación que contribuyeron al accidente habían sido reemplazados por otros mucho más firmes.
Desde entonces, se han concedido diez permisos a compañías denominadas aptas para perforar en aguas profundas tras un estricto proceso de revisión, según la Oficina de Gestión y Regulación del Océano de EE.UU. (Boemre, por su sigla en inglés). EFE