Bruselas, 6 sep (EFE).- La reunión del grupo especial de trabajo
encargado de perfilar la reforma de la disciplina presupuestaria
común terminó hoy sin acuerdo sobre el nuevo sistema de sanciones y
el papel que debe atribuirse a la deuda de los países en el
procedimiento de infracción.
"La reunión no ha ido muy bien. No diría que ha sido un paso
atrás pero ha habido un bloqueo general de todos los puntos que
estaban sobre la mesa", aseguraron a Efe fuentes diplomáticas al
término del encuentro del grupo, integrado por los ministros de
Finanzas de la UE y liderado por el presidente del Consejo, Herman
Van Rompuy.
"En las tres primeras reuniones había un espíritu positivo, pero
se ha agotado esa voluntad colectiva de avanzar", añadieron las
mismas fuentes, que consideraron que quizá la mejoría de la
coyuntura económica haya enfriado los ánimos para endurecer la
disciplina presupuestaria, que a fin de cuentas "supone una cesión
de la soberanía a Bruselas".
En la agenda de la jornada figuraba la discusión del nuevo
sistema de sanciones que deberá desincentivar la asunción políticas
presupuestarias demasiado expansivas por parte de los estados
miembros, así como la inclusión del criterio de la deuda pública
como un factor vinculante a la hora de castigar a los países (hasta
ahora sólo lo es el déficit).
Sobre el primer asunto, el comisario europeo de Asuntos
económicos y monetarios, Olli Rehn, abogó hoy por que las futuras
sanciones contra los estados que violen la disciplina presupuestaria
sean aplicadas de manera automática, a menos que una mayoría de
estados miembros se oponga a ello en el Consejo de Ministros.
"Es como en un partido de fútbol: no queremos que los jugadores
discutan las reglas del juego cada vez que el árbitro les pita una
falta", declaró el comisario a su llegada a la reunión del grupo
especial, del que también forma parte.
"Por eso, las sanciones deberían ser la consecuencia normal, una
consecuencia casi automática, si se violan las reglas", añadió Rehn,
que presentará propuestas concretas sobre este asunto el próximo 29
de septiembre.
La ministra de Economía y Hacienda española, Elena Salgado,
coincidió con él en que los castigos deberían ser "mas útiles, más
automáticos y más preventivos" para evitar que los países incurran
en déficit excesivos.
Sin embargo, se mostró contraria a la propuesta de la Comisión
Europea (CE) de suspender ciertas ayudas comunitarias a los países
infractores.
"Nosotros creemos que hay que tener mucho cuidado con los fondos
estructurales y de cohesión, que a eso no debería afectar (las
sanciones). Sin embargo, pueden estar previstas sanciones económicas
en forma de multas y eso está ya previsto y nosotros sí los
asumiríamos", dijo Salgado antes de entrar en la reunión.
Fuentes diplomáticas explicaron que España no fue el único país
en mostrar esa "intransigencia" durante la reunión.
Italia criticó el criterio de la deuda mientras que Alemania se
declaró contraria a la puesta en marcha de un mecanismo permanente
de resolución de crisis inspirado en el aprobado la primavera pasada
para socorrer a países con problemas de financiación.
Por este motivo, el comunicado enviado por Van Rompuy se limita a
recordar que la reunión de hoy es la cuarta desde que los líderes
europeos le encargaron esta misión, en la cumbre eel pasado 26 de
marzo, tras la eclosión de la crisis de deuda en Grecia.
Asimismo, informa de que realizará un informe oral sobre la
evolución de los trabajos a los jefes de Estado y de Gobierno de la
UE en la cumbre prevista para el 16 de septiembre, antes de
presentar su informe definitivo en octubre. EFE