Bruselas, 12 oct (EFE).- La ONG Coalición Europea para la
Justicia Corporativa (ECCJ, en inglés) ha pedido hoy a la Unión
Europea que regule las actividades de las empresas europeas fuera de
las fronteras de la UE para que respeten de igual forma sus
compromisos con la transparencia o el respeto al medioambiente.
La ECCJ, que representa a más de 250 organizaciones de la
sociedad civil en 15 países europeos, mantiene reuniones desde hoy y
hasta el próximo miércoles con eurodiputados y representantes de la
Comisión Europea para denunciar malas prácticas que, a su juicio,
llevan a cabo empresas europeas en terceros países.
La asociación presentó hoy ante miembros del Parlamento Europeo,
como el eurodiputado de los Verdes Pascal Canfin, quejas sobre la
gestión de la eléctrica Unión Fenosa (que fue absorbida por Gas
Natural) en Colombia y del grupo siderúrgico ArcelorMittal en
Sudáfrica.
Según Omar José Mendívil, coordinador de Red de Usuarios del
Caribe, que engloba a 40 organizaciones comunitarias colombianas, la
UE debería tomar medidas para que multinacionales como Unión Fenosa,
que presta el servicio público de energía en la costa caribeña de
Colombia, cumplan con las mismas garantías que en Europa.
A su juicio, la compañía española no realiza las inversiones
necesarias en las redes de esa zona por "no ser rentable", y no
mantiene una coherencia en la facturación a esos usuarios.
"Una empresa no puede cargar a los usuarios la mala prestación de
un servicio. Pero ha subido las tarifas, y los usuarios se niegan a
pagarlas", indicó a Efe Mendívil.
Por otro lado, el líder de la ONG sudafricana Alianza para la
Justicia Medioambiental, Samson Mokoena, lamentó la gestión por
parte de ArcelorMittal de su planta de acero situada en la región
industrial del Triángulo de Vaal, a la que responsabiliza de gran
parte de la contaminación en la zona.
Mokoena reclamó que la empresa se haga responsable de la limpieza
del área afectada y de sus consecuencias para la población, y que
haga público un informe de gestión medioambiental concluido en 2003,
en el que la compañía debía revelar sus niveles de contaminación.
Por su parte, tanto Unión Fenosa como ArcelorMittal aseguran
haber puesto en marcha estrategias de responsabilidad social,
detalladas en sus respectivas páginas web corporativas, con el
objetivo de mantener un diálogo con todas las partes implicadas en
sus actividades y realizar un seguimiento de sus compromisos con sus
empleados, las comunidades o el desarrollo sostenible.
La Comisión Europea, en su comunicación (documento no
legislativo) de 2006 sobre la responsabilidad social de las
empresas, no fijó obligaciones pero sí que subrayó la conveniencia
de que las compañías aborden de forma "voluntaria" las
"preocupaciones sociales y ambientales en sus operaciones
empresariales y sus relaciones con sus interlocutores".
"Hay empresas que deciden ir más allá de los requisitos jurídicos
y obligaciones mínimos presentes en los convenios colectivos para
abordar las necesidades de la sociedad", señala el documento, que
destaca la importancia de esa política tanto dentro como fuera de la
UE. EFE