Mar Gonzalo
Nueva York, 14 may (EFE).- El nerviosismo ante la salud
macroeconómica europea volvió a hacer mella hoy en los grandes
mercados del mundo, incluido Wall Street, que cayó un 1,51%, aunque,
aún así, logró su primer avance semanal en un mes.
Gracias a la eufórica jornada del lunes, la Bolsa de Nueva York
cerró hoy la semana con un avance del 2,31% en el Dow Jones de
Industriales, su principal referencia, con lo que permanece un 1,8%
por encima del nivel al que comenzó el año.
El selectivo S&P 500, que hoy bajó un 1,88%, también avanzó esta
semana un 2,23%, al tiempo que el índice que mide la evolución del
mercado Nasdaq, que este viernes descendió un 1,98%, registró un
avance semanal del 3,58%, gracias a que en ese parqué cotizan muchas
empresas tecnológicas.
Ese sector ha sido uno de los motores de crecimiento en la bolsa
estadounidense durante esta semana, aunque el factor que más ha
influido en éste y otros mercados del mundo ha sido una vez más el
nerviosismo que se vive con respecto a la salud económica de algunas
economías europeas.
Ese nerviosismo ha infundido una gran volatilidad en las bolsas,
que por ejemplo el lunes vivieron uno de los mejores días de la
historia reciente en respuesta a la aprobación de un plan para
estabilizar la zona euro dotado de 750.000 millones de euros.
Para Nueva York ese día fue el de la subida más pronunciada en
más de un año, mientras que para Madrid fue el mejor de su historia.
A ese día de euforia le siguió un martes de resaca (con un
descenso del 0,34% en Wall Street), un miércoles en que las
tecnológicas se lucieron y favorecieron las ganancias (del 1,38% en
el Dow Jones) y un jueves de temores renovados (con una bajada del
1,05%).
Hoy la inquietud volvió a ponerse de manifiesto ya en los
mercados más madrugadores, los asiáticos, donde los descensos fueron
generalizados: el Nikkei de Tokio cerró con un descenso del 1,48%,
el Hang Seng de Hong Kong del 1,36%, el general de Shanghai del
0,51% y el Straits Times de Singapur del 0,44%.
Los descensos se extendieron luego a Europa, donde caló el temor
de los inversores a que las medidas adoptadas en la Unión Europea
(UE) para reducir el déficit público frustren la recuperación
económica y los principales parqués del Viejo Continente cerraron
con caídas superiores al 3%.
En el mercado español la caída alcanzó el 6,64%, la mayor desde
octubre de 2008; al tiempo que Milán perdió el 5,26% (el más
pronunciado en un año), Londres el 3,14%, Fráncfort el 3,12%, París
el 4,59%, Lisboa el 4,27% y Zúrich el 2,23%.
Los mercados más rezagados en el huso horario tampoco se salvaron
de los descensos y México retrocedió el 1,64%, Brasil el 2,12%, Perú
el 1,92%, Chile el 0,85% y Colombia el 1,03%.
Todo esto es la muestra un día más del estado de nervios en el
que se han instalado los mercados, que, aunque aplaudieron con
entusiasmo el ambicioso plan de apoyo al euro, ahora temen que los
recortes del gasto público y las subidas de impuestos proyectadas en
la región para reducir el déficit puedan poner en peligro la
recuperación económica.
A esos temores se suman el apoyo que los especuladores prestan
siempre a cualquier posibilidad de espiral bajista y el habitual
interés en recoger beneficios que aflora al final de la semana.
Todo ello pesó más en el ámbito de los inversores estadounidenses
que varios datos difundidos hoy, como el aumento en abril del 0,4%
en las ventas minoristas y del 0,8% en la producción industrial y el
avance de la confianza entre los consumidores durante este mes.
La incertidumbre sobre el futuro de la moneda única europea
también volvió a apoderarse hoy del mercado de divisas, donde el
euro se cambiaba tras el cierre de los mercados en Estados Unidos a
1,2362 dólares, frente a los 1,2532 del día anterior.
Mientras tanto, la deuda pública estadounidense a diez años
seguía subiendo de precio, para ofrecer una rentabilidad del 3,45%,
al tiempo que el oro continuaba con su escalada y alcanzaba los
1.232 dólares la onza, gracias a que ambas inversiones reciben la
atención de quienes no quieren arriesgar demasiado en tiempos de
nerviosismo e incertidumbre. EFE