París, 27 sep (.).- El ministro francés de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, justificó su visto bueno a la toma de control de la francesa Alstom (PA:ALSO) por la alemana Siemens (DE:SIEGn) en que se podrá competir a escala mundial en el negocio ferroviario y en las garantías dadas para mantener todas las plantas que hay en Francia.
"Con esta fusión de Alstom y Siemens vamos a crear el segundo actor mundial del sector ferroviario y de la señalización, y recuperar un espíritu de conquista europeo que nos va a permitir rivalizar con los grandes gigantes del sector, en particular con el gigante chino", declaró hoy Le Maire a la prensa.
El ministro aludía así al "número uno" mundial, la Corporación Central de Ferrocarriles de China (CRRC), creada en 2015 al fusionarse los dos mayores fabricantes de material ferroviario de China, CNR y CSR, que cuenta con una plantilla de 180.000 personas y una facturación anual de 224.000 millones de yuanes (unos 28.600 millones de euros).
Ante las críticas recibidas de la oposición de derechas y de izquierdas por haber aceptado la cesión a un grupo alemán de una de las "joyas de la corona" de la industria francesa -fabrica un símbolo tecnológico del país que es el tren de alta velocidad (TGV)-, el ministro francés insistió en las "garantías sólidas" que ha recibido de las dos empresas.
Las partes implicadas, que hoy precisan los detalles de su proyecto de unión en una conferencia de prensa de sus responsables ejecutivos, se han comprometido, según Le Maire, "al mantenimiento del empleo en Francia", a que la sede del nuevo grupo esté en París, en cuya Bolsa también cotizará, y "sobre todo" a preservar "la totalidad de las plantas de Alstom en Francia".
Alstom, que el pasado ejercicio facturó 7.306 millones de euros, tiene una plantilla de 32.800 personas, de las cuales casi el 70 % en Europa. En Francia hay una docena de factorías y centros de trabajo con alrededor de 8.000 trabajadores.
El pacto anunciado anoche prevé una ampliación de capital de Alstom mediante el que Siemens tendrá un 50 % y podrá pasar al 52 % en cuatro años. No obstante, algunas decisiones estratégicas necesitarán una mayoría de dos tercios.
El Estado francés ha renunciado a ejercer una opción de compra de un paquete de acciones de Bouygues (PA:BOUY) (hasta ahora primer accionista) que le hubiera permitido disponer de una participación entre el 15 y el 20 % y bloquear la operación o entrar en los órganos de dirección de la nueva compañía.
Desde la oposición de derechas, el exministro de Hacienda Eric Woerth planteó con tres interrogaciones retóricas sus críticas a la operación en su cuenta de Twitter: "¿Es esto el fin del Alstom? ¿El TGV va a pasar a ser alemán? ¿Por qué el Gobierno acepta un desequilibrio tal?".
Otro exministro del mismo partido, Los Republicanos, el presidente de la región Hauts de France, Xavier Bertrand, dijo que no quiere que "el precio de la amistad franco-alemana sea la relegación de la industria francesa", y señaló que con esta operación "no se construye un campeón europeo, sino un campeón alemán".
Las acciones de Alstom subían esta mañana un 5,47 % en la Bolsa de París después de una hora de cotizaciones.