Brasilia, 15 jul (EFE).- La General Motors de Brasil anunció hoy
una inversión de 1.000 millones de dólares en el país que, según su
presidente, Jaime Ardila, constituye "un voto de confianza" en una
economía que registró un récord de ventas de automóviles en el
primer semestre de este año pese a la crisis mundial.
La inversión de la General Motors (GM) para ampliar su fábrica de
automóviles en la sureña ciudad de Gravataí y lanzar dos nuevos
modelos totalmente diseñados en Brasil fue la primera de una
multinacional del sector desde el agravamiento de la crisis, en
agosto del año pasado.
Ardila, presidente de la General Motors de Brasil y para el
Mercosur, destacó, en un discurso que pronunció ante el mandatario
brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, el aumento de las ventas en el
país en momentos en que el sector enfrenta dificultades en el resto
del mundo.
"Nosotros no hacemos inversiones para tres meses o para doce
meses. Estamos invirtiendo en productos que serán lanzados en 2012.
Es por eso que digo que se trata de un voto de confianza en el país
y en el Gobierno, independiente de futuros cambios (en el
Ejecutivo)", afirmó.
Agregó que esa manifestación de confianza "es un reflejo no sólo
de la buena situación financiera de la GM en Brasil, sino también de
una exitosa política para el sector del actual Gobierno brasileño y
de la continuidad de políticas de Gobiernos anteriores".
Según estadísticas divulgadas hoy por la Presidencia, los
fabricantes de vehículos hicieron inversiones en el país por 16.000
millones de dólares entre 2003 y 2008, pero este año no habían hecho
nuevos anuncios.
Ardila le dio la razón a Lula cuando, a finales del año pasado y
ante indicadores coyunturales negativos, el presidente brasileño se
quejó de que las industrias instaladas en el país no hubieran
confiado en la capacidad de Brasil para superar la crisis y no
hubieran mantenido o aumentado sus inversiones.
"El presidente tenía razón. Teníamos que haber creído que las
bases económicas de Brasil y el compromiso del Gobierno serían
suficientes para darle continuidad al buen desempeño del sector",
admitió.
Datos del gremio de fabricantes señalan que en el primer semestre
se vendieron en el país 1,45 millones de vehículos nuevos, lo que
supone un aumento del 3% frente al mismo período del año pasado y un
récord para el período.
Esa expansión fue favorecida por las medidas adoptadas por el
Gobierno para incentivar los fabricantes de automóviles en medio de
la crisis, principalmente mediante la reducción de los impuestos, lo
que permitió una disminución del precio de los vehículos.
En su discurso, Lula destacó que los propios fabricantes esperan
para este año una producción récord de 2,7 millones de vehículos con
un crecimiento del 4,2% frente a las ya históricas de 2008.
El jefe de Estado recordó que en junio pasado por primera vez
fueron vendidos en Brasil más de 300.000 vehículos en un solo mes y
que, tras haber reducido su producción y despedido empleados a
finales de 2008, los fabricantes comienzan a retomar el ritmo en sus
líneas de montaje.
"Ahora las montadoras preparan contrataciones y varias empresas
ya están pagando horas extras los sábados", afirmó el gobernante.
La propia GM, que el año pasado vendió un récord de 548.941
vehículos en el país y tuvo una participación del 19,5% en el
mercado brasileño, prevé, según Ardila, que podrá elevar esa cifra
este año hasta las 600.000 unidades.
Con la inversión anunciada hoy, GM elevará su capacidad de
producción de la fábrica en Gravataí desde los actuales 230.000
vehículos hasta 380.000 unidades al año a partir de 2012 y pasará a
ensamblar dos nuevos modelos nuevos en esa planta.
Lula recordó que la semana pasada, cuando participó en la reunión
del G-8 en Italia, se sintió "orgulloso de ser brasileño en momentos
en que uno percibe que las subsidiarias de los fabricantes de
automóviles en Brasil están mejor que sus matrices".
"Me reuní con varios presidentes y todos estaban de boca abierta
con la situación de las empresas en Brasil", afirmó. EFE
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