Maribel Izcue
Tokio, 12 abr (EFE).- La crisis ha llegado también a los bares en
Japón, donde el arraigado consumo de la cerveza tradicional se ha
visto desplazado por sucedáneos más baratos, populares y de peor
calidad.
Pese a que Japón es un país cervecero -el séptimo del mundo por
volumen, según datos de 2008-, el mercado de esa bebida alcohólica
está de capa caída, con ventas que desde 2007 descienden a un ritmo
cercano al 2 por ciento anual, tras tocar su máximo a mediados de la
década de 1990.
Solo entre enero y marzo el suministro de las cinco mayores
empresas cerveceras de Japón bajó el 5,7 por ciento interanual hasta
el mínimo histórico de 86,13 millones de cajas, equivalentes a más
de 1.700 millones de botellas de 633 mililitros, según datos
oficiales difundidos hoy.
De esa cantidad, sin embargo, sólo el 47,5 por ciento es cerveza
"tradicional", la compuesta a partir de cebada, malta u otros
cereales y aromatizada con lúpulo, y que en Japón popularizan marcas
de conocido raigambre y calidad como Sapporo, Kirin o Asahi.
Cerca del 18 por ciento de la cantidad restante corresponde al
llamado "happoshu", una pseudo-cerveza que con la original comparte
el color, cierto sabor y graduación alcohólica, pero cuyo contenido
en malta es mucho menor y que, sobre todo, cuesta la mitad.
El "happoshu" (literalmente "licor gaseoso") lo creó en 1994 la
licorera Suntory con un éxito que llevó a otras grandes cerveceras
niponas a seguirle los pasos, encabezadas por Kirin (que controla el
37,3 por ciento del mercado nipón de la cerveza) y Asahi (el 35,3
por ciento).
La enorme popularidad de este nuevo producto llevó a los
fabricantes a adentrarse en el mercado de la cerveza "low cost" y
crear una gama aún más baja, la de las llamadas "cervezas de tercera
categoría", que pueden costar hasta cuatro veces menos.
Éstas son bebidas alcohólicas que no contienen malta pero tratan
de replicar su sabor a través de otros ingredientes, que pueden ir
desde soja a maíz o guisantes, y que es todavía más barata que la
"happoshu".
Las "cervezas de tercera categoría" acapararon en los tres
primeros meses de 2010 el 34 por ciento del mercado nipón de la
cerveza, según los datos difundidos hoy por los fabricantes, que han
decidido apostar fuerte por este producto.
Así, han anunciado que entre abril y junio aumentarán su
producción de "tercera categoría" en entre un 20 y un 45 por ciento
para responder a la demanda de un mercado cervecero que cada vez
aparece más seco.
La visión de los miles de empleados que a la salida del trabajo
se reúnen en los bares maletín en mano sigue siendo habitual en
Tokio, pero cada vez es más frecuente verlos con otro tipo de
licores, en lugar de con la acostumbrada jarra de cerveza.
Uno de los más populares es el shochu: a diferencia del sake -un
vino de arroz de entre 13 y 20 grados de alcohol-, éste es un licor
que puede tener entre 20 y 40 grados de alcohol y se elabora a
partir de varios ingredientes como arroz, cebada y patata.
El tradicional sake también mantiene su espacio, aunque su
consumo fue superado por el del shochu ya en los años 90.
Y el vino, aunque poco a poco, también se está haciendo un hueco
en las mesas niponas, aunque todavía apenas representa el 7,5 del
alcohol total que se consume.
Ante este panorama, la industria cervecera nipona ha vuelto la
vista al extranjero y trata de ganar cuota en el reñido mercado
internacional de esa bebida, con adquisiciones como la del grupo
Orangina de Schweppes por parte de Suntory.
Además, con el fin de dar un sello distintivo a la cerveza de uno
de los países más tecnológicos del mundo se han lanzado campañas
como la de Asahi, que desde hace algunos años envía pequeños
robots-camareros a algunos pub del Reino Unido para servir su
cerveza.
Pero quizá la más original sea la de Sapporo, que el año pasado
anunció la fabricación de la primera "cerveza espacial", elaborada
con cebada cultivada en la Estación Espacial Internacional.
En este caso la demanda superó ampliamente la oferta, limitada a
1.500 botellines de 330 mililitros. EFE
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