Lisboa, 4 nov (EFE).- El Partido Socialista (PS), que gobernó Portugal hasta junio, decidió hoy no votar contra los duros presupuestos estatales de 2012 con los que el actual Ejecutivo conservador quiere sanear la economía.
La Comisión Política Nacional del PS aprobó, por 68 votos contra 22, la propuesta de su secretario general, Antonio José Seguro, de abstenerse en la votación de los presupuestos, prevista para finales de este mes y cuya aprobación esta garantizada por la mayoría absoluta de los conservadores.
Varios líderes del PS eran partidarios de votar en contra de los presupuestos presentados por el primer ministro, Pedro Passos Coelho, como muestra de rechazo a sus duras medidas de ajuste económico, que incluyen reducción de salarios y de inversiones en el sector público y aumentos generalizados de impuestos.
Seguro, que sucedió al ex primer ministro José Sócrates al frente del partido cuando este dimitió tras perder las elecciones anticipadas de junio, propuso la abstención en la votación presupuestaria para defender la "credibilidad" del PS.
Pero algunos destacados líderes socialistas cercanos a Sócrates, como el alcalde de Lisboa, Antonio Costa, o el ex ministro Pedro Silva Pereira, eran favorables a votar contra los presupuestos.
Los dirigentes socialistas que no apoyaron la propuesta de Seguro critican que el PS no se oponga a medidas como la eliminación de las pagas extra de verano y Navidad a los funcionarios o los aumentos de impuestos al salario que quiere aplicar el Ejecutivo conservador.
El secretario general de los socialistas, que se quejó de la actitud de algunos miembros del partido por ser más críticos con él que con el Gobierno de Passos Coelho, subrayó que no desea hacer el papel de la oposición griega.
"Hay que estar a la altura de las responsabilidades en un momento difícil para Europa", declaró Seguro, quien no obstante se mostró crítico con los presupuestos elaborados por Passos Coelho y anunció que presentará propuestas alternativas.
El Ejecutivo conservador luso culpa sobre todo a una mala administración en los seis años de gobierno socialista de los problemas financieros de Portugal.
En abril pasado Sócrates se vio obligado a convocar elecciones y pedir el rescate financiero después de que los conservadores optaran por no abstenerse, como en otras ocasiones, y votar en contra de su cuarto plan de austeridad, que contaba con el apoyo de Bruselas.
El préstamo internacional de 78.000 millones de dólares que Lisboa está recibiendo desde mayo obliga a drásticas reducciones del déficit público, y reformas laborales y económicas que han acentuado la recesión y han sido rechazadas por la izquierda lusa y los sindicatos.
Portugal será sometido desde la próxima semana a una nueva evaluación de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para determinar si cumple las contrapartidas exigidas por su rescate financiero, mientras las centrales sindicales preparan una huelga general para el próximo día 24. EFE