Ginebra, 15 jun (EFE).- El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula
da Silva, apeló hoy a mantener el compromiso con los derechos
humanos en tiempos de crisis económica y, sobre todo, abogó por dar
espacio a todas las naciones, ricas y pobres, en el debate para
solucionarla.
"Ahora más que nunca, en un momento de desasosiego económico, los
derechos humanos deben ser un tema indispensable en cualquier
estrategia para superar la crisis mundial que comenzó en septiembre
del 2008", dijo Lula durante su discurso ante el Consejo de Derechos
Humanos de la ONU, en el que agregó:
"A pesar de que Brasil forma parte del G-20, debo decir que la
situación de crisis exige la participación de todos los países del
mundo. Debemos escuchar a Obama, pero también a los presidentes de
los países menos ricos, porque todos de forma directa o indirecta
sufren las consecuencias de las irresponsabilidades de un sistema
desregularizado que tenía por centro la especulación en lugar de la
producción".
El presidente de Brasil, además, señaló que la ONU debería estar
en el centro de dichas discusiones, y apeló al secretario general,
Ban Ki-moon, a promoverlo.
Asimismo, acusó a aquellos que "promovieron y defendieron el
sistema y ahora no saben ni cómo explicarlo ni como salir de la
crisis en la que han sumido al mundo".
Lula quiso dar énfasis al hecho de que las consecuencias más
graves de la crisis económica las están sufriendo "los más pobres y
los inmigrantes", dado que, a su entender, estos últimos, están
sintiendo los ataques de los autóctonos de los países ricos que
piensan que los extranjeros les quitan su trabajo.
Precisamente, en relación a la intolerancia, el presidente
brasileño recordó la celebración, hace dos meses, de la Conferencia
de Revisión de Durban sobre Racismo de la ONU, se congratuló por su
contenido y abogó "por pasar de las palabras a los hechos y cumplir
los compromisos asumidos".
Además, Lula felicitó a la Alta Comisaria de Derechos Humanos,
Navi Pillay, por su "contribución fundamental" al éxito de la
Conferencia.
En relación al Consejo de Derechos Humanos por si mismo, Lula
elogió su funcionamiento y en especial el Examen Periódico Universal
(EPU) proceso de evaluación de la aplicación de los derechos humanos
a los que todos los estados miembros deben someterse.
Lula dijo que el Consejo y su actividad representa un "avance
importante", y señaló que el trabajo del desarrollado debe avanzar
"con una agenda positiva, que es mucho más eficaz en la prevención
de nuevas violaciones de los derechos humanos".
"Debemos promover el diálogo no la imposición", agregó. EFE