Shanghái (China), 8 dic (.).- La agencia de calificación de deuda Moody's anunció hoy que cambia a "negativas" sus perspectivas sobre AIA, la mayor aseguradora de Asia, y sobre Hong Kong and Shanghai Banking Corp., la filial en Hong Kong del mayor banco de Europa, el HSBC.
Estas decisiones siguen a otras similares tomadas a lo largo de la semana con varias empresas y bancos chinos tras la rebaja de perspectivas de este martes sobre la deuda soberana del país asiático ante el posible apoyo financiero del Gobierno central a las regiones más endeudadas, la ralentización económica y la crisis inmobiliaria.
En el caso de las compañías hoy revisadas, también afecta la rebaja de perspectivas, anunciada un día después que la de China, sobre la deuda de Hong Kong por sus "estrechos lazos políticos institucionales y financieros" con el gigante asiático, al cual pertenece en un régimen que le ofrece autonomía en áreas como la monetaria.
En el caso de AIA, Moody's destaca que su exposición en términos de activos totales y de beneficio operativo neto a los mercados de China y Hong Kong ascendió desde un 43 % y un 51 % en 2019, respectivamente, a un 49 % y un 57 %.
Por su parte, la bajada de perspectivas sobre la filial local de HSBC afecta a la deuda sénior no garantizada a largo plazo, aunque la mantiene en "estable" en lo respectivo a los depósitos.
La agencia también anunció hoy una bajada de perspectivas para la aseguradora en Hong Kong del banco estatal chino Bank of China (HK:3988), BOC Life, e indicó que revisará para una posible rebaja la calificación de unos bonos emitidos en 2021 por el gestor de activos GF Holdings por 300 millones de dólares.
Moody's indicó esta semana que ve "cada vez más pruebas" de que Pekín dará "apoyo financiero" a los gobiernos locales y regionales que afrontan problemas en sus cuentas, lo que "representará riesgos para la fortaleza fiscal, económica e institucional de China", con peligros también en una posible ralentización "estructural y persistente" del crecimiento y en la "reducción en curso" del peso del sector inmobiliario sobre la economía nacional.
No obstante, la firma mantuvo en el nivel A1 la calificación de la deuda china al considerar que Pekín goza de los recursos financieros e institucionales suficientes como para "gestionar esta transición de manera ordenada", y que el gran tamaño de su economía también supone una protección de cara a absorber estos riesgos.
La reacción de Pekín no se hizo esperar: en un comunicado, el Ministerio de Finanzas mostró su "decepción" y aseguró que los "fundamentos positivos a largo plazo" del desarrollo de la economía china no han cambiado, y que ésta seguirá siendo un "importante motor" del crecimiento mundial.
Asimismo, Finanzas calificó de "controlable" el impacto de la crisis inmobiliaria sobre las cuentas públicas y afirmó que "se están mitigando los riesgos" en materia de la 'deuda oculta' que las administraciones locales y regionales han acumulado a lo largo de los últimos años.