Lisboa, 2 sep (EFE).- Portugal Telecom (PT), el antiguo monopolio
luso de las comunicaciones controlado aún de forma indirecta por el
Estado, ha sido multado hoy con 45 millones de euros por abuso de
posición dominante en su oferta de servicios de Internet.
Una antigua subsidiaria de PT, Zon, separada de la casa matriz
hace dos años por exigencias del regulador del mercado, también ha
sido multada en el mismo proceso, en este caso con ocho millones de
euros, por sus ofertas de banda ancha cuando formaba parte del mayor
grupo luso de telecomunicaciones.
La sanción, impuesta por la Autoridad de la Competencia de
Portugal, fue comunicada hoy a la Comisión lusa del Mercado de
Valores Mobiliarios (CMVM).
Los 53 millones de euros en total suponen la mayor sanción
impuesta en la historia de la Autoridad de la Competencia y se debe
a las condiciones de la oferta mayorista y minorista de los
servicios de acceso a internet por ADSL y cable entre mayo de 2002 y
junio 2003, cuando Zon, denominada entonces TVcabo, era parte de PT.
Tanto esta empresa como Zon ya han anunciado que recurrirán la
sanción en los tribunales y calificaron la medida de injusta, tardía
y desproporcionada.
Portugal Telecom, en la que el Estado luso conserva una acción de
oro que le permite controlar las decisiones más importantes de la
compañía, es el operador dominante del país ibérico en telefonía
fija, móvil y acceso a Internet, y desde la separación de la antigua
TVcabo ha puesto además en marcha un servicio de televisión de pago
por ADSL y satélite.
Zon domina a su vez el mercado de la televisión por cable en
Portugal y cuando se separó del grupo PT creó sus propios servicios
de telefonía fija, e impulsó los de acceso a Internet a través del
cable coaxial.
PT, donde la española Telefónica tiene más del 9% de capital,
anunció el martes la venta, por 800 millones de euros y coordinada
con la empresa hispana, del 64,36 por ciento de las acciones de
Meditelecom de Marruecos, que poseen a partes iguales ambas
empresas, asociadas también en el control de la brasileña Vivo. EFE